Ginebra

Putin rehabilita a Asad para liderar la posguerra siria

El presidente ruso recibe a su homólogo sirio en Sochi para abordar el futuro del país árabe tras reforzar al «rais» con su campaña militar.

EL ABRAZO DEL OSO. Putin da una calurosa bienvenida al «rais», cuestionado por la comunidad internacional
EL ABRAZO DEL OSO. Putin da una calurosa bienvenida al «rais», cuestionado por la comunidad internacionallarazon

Un abrazo para simbolizar una victoria. En una visita sorpresa a Sochi, Bachar al Asad y Vladimir Putin anunciaron ayer que está próximo el final de la operación rusa en la república árabe y que ha llegado el momento de iniciar un proceso político «hacia la paz». Una transición donde estaría presente, pese al rechazo de la oposición, el presidente sirio.

Fue un acto fugaz, apenas cuatro horas, y secreto, pero altamente simbólico. Asad y Putin se reunieron el lunes en vísperas del encuentro previsto para hoy entre los líderes de Rusia, Irán y Turquía en la misma ciudad del Mar Negro. Los tres países, totalmente implicados en el conflicto, son garantes de los diálogos de Astaná entre el Gobierno y la oposición, unas conversaciones paralelas a las auspiciadas por Naciones Unidas en Ginebra. Por ello, su legitimación internacional supondría una victoria para Asad al frente del poder sirio. «Todavía nos espera un largo camino antes de alcanzar la victoria total sobre los terroristas; pero en cuanto a nuestro trabajo conjunto en la lucha contra el terrorismo en Siria, la operación militar está llegando a su fin», aseguró Putin antes de situar al presidente sirio en la mesa de diálogo. «Noto con satisfacción tu disposición para trabajar con todos aquellos que quieren la paz», dijo el líder ruso, según el comunicado del Kremlin.

Éste ha sido el primer viaje conocido de Asad al exterior desde octubre de 2015. En aquella ocasión acudió a Moscú al poco de comenzar la campaña rusa que dio un vuelco a la guerra. «Contamos con el apoyo de Rusia para asegurar que no habrá ninguna interferencia de actores externos en el proceso político», aseguró el lunes Asad. El movimiento de fichas es evidente. Moscú anunció que Putin mantuvo una conversación con el presidente norteamericano, Donald Trump, que según Reuters duró casi una hora. También piensa contactar con varios líderes de la región, entre ellos el rey saudí y el emir de Qatar. Los líderes de las dos superpotencias conversaron dos semanas después de que reafirmasen en la cumbre de la APEC en Da Nang, Vietnam, la importancia de las negociaciones de Ginebra y la resolución 2254 del Consejo de Seguridad para lograr una solución para Siria.

Llamada a Trump: 1 hora

Mientras, en paralelo, una treintena de grupos de la oposición se reunirán mañana en Riad para designar un nuevo comité negociador para los encuentros de Ginebra. Sin embargo, la oposición se encuentra en un momento de gran debilidad para negociar tras los avances del Ejército regular, especialmente en plazas clave como Alepo. Y a ello se suma la reciente dimisión de uno de sus principales líderes: el coordinador del Alto Comité de Negociaciones de la Oposición Siria, el ex primer ministro Riad Hiyab. La plataforma, auspiciada por Arabia Saudí, agrupa a las diferentes facciones de la oposición que exigen negociar bajo el paraguas de la ONU. Mientras las dudas asaltan a la oposición, los otros dos actores de la reunión a tres bandas de Sochi se posicionan.

El presidente de Irán, Hasan Rohani, proclamó ayer la derrota total del Estado Islámico (EI) en Siria tras la toma de Abu Kamal por la Guardia Revolucionaria. Al mismo tiempo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Estados Unidos de utilizar el terrorismo como pretexto para imponer otro orden en Oriente Medio. El apoyo de Washington al movimiento kurdo en el conflicto ha acercado Turquía al Kremlin, algo impensable tras el derribo de un cazabombardero ruso a finales de 2015. Este movimiento político se ha visto reflejado en las diversas rondas de las negociaciones paralelas de Astaná, donde se logró la creación de cuatro zonas de distensión. Al último de sus encuentros, celebrado a finales de octubre, no acudió el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, quien ha defendido la importancia de la reunión de Ginebra prevista para este 28 de noviembre.