Política

Estados Unidos

¿Qué ha sido del Tea Party?

La Razón
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«Les vamos a crujir». Así de contundente fue hace meses el senador de la minoría republicana Mitch McConnell en una entrevista concedida a «The New York Times». Sus palabras iban dirigidas al Tea Party, el grupo dentro del Partido Republicano que empezó a surgir en 2004. Al menos, en su caso fue así. Su contrincante Matt Bevin perdió en las elecciones primarias contra este político del «establishment» republicano. McConnell puede convertirse en uno de hombres más poderosos de Estados Unidos si su partido se hace con el control del Senado. Ahora, el sentir de los votantes republicanos ha quedado reflejado en un estudio realizado sobre el panorama electoral en el seno de esta formación. Hace meses, un informe del Centro de Investigación Pew indicó que la confianza en el Tea Party ha descendido, y además lo ha hecho de forma rápida. La cifra de votantes republicanos que está conforme con este grupo de extrema derecha ha bajado a un tercio. Mientras, el número de republicanos que ve positivamente al Tea Party ha descendido del 61% en noviembre de 2010 al 41% el pasado abril.

Estas divisiones se ponen de manifiesto en lugares como Kansas, uno de los grandes frentes de batalla en las elecciones legislativas de mitad de mandato. Es muy curioso que en este Estado los republicanos conservadores se han cambiado al Partido Demócrata. Es más, apoyan al candidato del partido de Barack Obama, Paul Davis. Cualquier candidato es bueno para ellos menos el gobernador Sam Brownback, respaldado por el Tea Party. Brownback fue elegido en las elecciones de 2010, cuando los candidatos de este grupo conservador realizaron su entrada estelar en el Congreso. Entonces, varios candidatos se subieron a la gran ola del ala más conservadora del Partido Republicano, aupados por el descontento de los votantes con las políticas del presidente Obama. Se acababa de aprobar en marzo de 2010 la reforma sanitaria, pero ya se presentía el desastre que fue después de su puesta en marcha. Ni siquiera la página web para registrarse funcionó. Al día siguiente de esas elecciones de 2010, Obama dominó todos los titulares cuando regaló a los periodistas la siguiente frase: «Me han dado una paliza», reconoció el demócrata en aquel entonces. Sin embargo, faltaba lo peor. Obama y su guerra contra el Congreso del «no», cuyas iniciativas fueron secuestradas por los miembros conservadores. No obstante, sin el control del Senado o la Casa Blanca, los políticos del Tea Party han fracasado en sacar adelante sus agendas. Incluso, las peleas en Washington con los propios republicanos les han hecho aislarse del resto del partido en el Congreso.

Ocurra lo que ocurra, el Estado de Kansas se podrá convertir en uno de los grandes laboratorios de política estadounidense. Si gana finalmente el candidato del Tea Party, Sam Brownback, los analistas se sentarán a ver cómo funcionan sus políticas de recortes extremos de impuestos, gasto y servicios públicos. Si pierde, los republicanos moderados tendrán una razón para preparar una estrategia más de centro de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2016.