Conflicto IsraelPalestina

Reconciliación entre Hamas y Al Fatah

Las facciones palestinas firman en El Cairo un histórico acuerdo que pone «fin a la división». Israel exige el desarme de Gaza y que el tratado se ajuste a las condiciones del Cuarteto.

Azam al Ahmed, de Al Fatah, el líder de Hamas, Saleh al Aruri y el ministro egipcio, Jalid Fawzi, ayer en El Cairo
Azam al Ahmed, de Al Fatah, el líder de Hamas, Saleh al Aruri y el ministro egipcio, Jalid Fawzi, ayer en El Cairolarazon

Las facciones palestinas firman en El Cairo un histórico acuerdo que pone «fin a la división». Israel exige el desarme de Gaza y que el tratado se ajuste a las condiciones del Cuarteto.

Tras tan sólo dos días de conversaciones en Egipto, las delegaciones de Hamas y Al Fatah suscribieron ayer un acuerdo de unidad que aspira a poner fin a la separación de los últimos diez años. «Este es el fin de la división palestina», resumió desde Ramala el presidente palestino Mahmud Abas, mientras la jefatura de Hamas también celebraba «un día histórico para nuestro pueblo». De acuerdo a lo pactado, el control de la Franja de Gaza será transferido a manos del Gobierno de unidad nacional a más tardar el 1 de diciembre. Ello incluirá la responsabilidad directa por los pasajes fronterizos que conectan dicho territorio con Egipto e Israel. Ha trascendido –aunque no en un comunicado oficial– que 3.000 policías de la Autoridad Palestina tomarán posiciones en la Franja de Gaza y sus fronteras. En el puesto de Rafah, que comunica con Egipto en el sur, y en el puesto de Erez –el punto de contacto entre Gaza e Israel, por el norte– ya no habrá efectivos de seguridad de Hamas sino de la guardia presidencial de la Autoridad Palestina. Con ello, estaría llegando a su fin algo más de una década de poder absoluto de Hamas en la Franja de Gaza.

Estos pasos serían precedidos por un anuncio formal del presidente Abas, acerca de la cancelación de las sanciones que impuso en los últimos meses a la Franja de Gaza, como represalia y presión por el Gobierno de Hamas. Entre ellas, su petición a Israel de reducir significativamente el abastecimiento de electricidad a Gaza y su decisión de no seguir pagando los sueldos de los empleados públicos. Las partes volverán a reunirse el 21 de noviembre en El Cairo para tratar los temas pendientes, como confirmó ayer oficialmente Egipto, pieza clave en el proceso interno palestino. En la segunda etapa está el mayor potencial de problemas futuros. En los contactos de los últimos días, no se trató el tema de las armas. Eso significa que no hay aún ningún entendimiento respecto a las Fuerzas de Seguridad que Hamas desarrolló en los últimos diez años en Gaza, así como tampoco respecto a su brazo armado «Izz al Din al Qassam». Un punto clave –especialmente a ojos de Israel– es el de la infraestructura armada de Hamas, sus túneles subterráneos y su arsenal de cohetes. Hasta ahora, incluso después de anunciar Hamas que la decisión de iniciar un proceso de reconciliación con Al Fatah es «estratégica», sus portavoces dejaban claro que no renunciarán a las armas. «Las armas de la resistencia son indiscutibles», declaró el portavoz en Gaza Sami Abu Zuhri. Ayer, en El Cairo, Salah el Aruri, número dos de Hamas, dijo que el acuerdo se firmó para «que podamos trabajar juntos contra la empresa sionista que trata de borrar los derechos de nuestro pueblo».

«Cualquier reconciliación entre la Autoridad Palestina y Hamas debe incluir el cumplimiento de los acuerdos internacionales, el respeto a las condiciones del Cuarteto, ante todo el reconocimiento de Israel y el desarme de Hamas», dijo ayer el primer ministro Benjamin Netanyahu a través de un comunicado. «Mientras Hamas no se desarme y continúe exhortando a la destrucción de Israel, Israel seguirá viendo en Hamas el responsable de cualquier atentado terrorista originado en Gaza».