Amenaza nuclear
Rohani defiende el derecho a la energía nuclear
Kerry asegura que EE UU no es «ciego» ni «estúpido» con la República islámica
BEIRUT- Sin un acuerdo marco sobre el programa nuclear iraní, el siguiente paso será una nueva ronda de consultas para afianzar el entendimiento entre Occidente y Teherán prevista para el 20 de noviembre. El presidente Hasan Rohani, que había dejado en manos de su negociador el contencioso nuclear, salió ayer a la palestra para suavizar los ánimos del ala dura del Gobierno de Teherán. En tono populista, el mandatario iraní arengó que su país no cedería a amenazas ni la discriminación, en un gesto para contentar a la bancada conservadora, mientras aspira a continuar las conversaciones con la comunidad internacional. Rohani se dirigió al Parlamento iraní con la advertencia de que «no responderemos a ninguna amenaza, sanción, humillación o discriminación», en una clara alusión a la postura dura que mostró Francia en las conversaciones de Ginebra.
«La República islámica no ha inclinado su cabeza ni la inclinará ante amenazas de ninguna autoridad», declaró el presidente iraní, al tiempo que puntualizó que «para nosotros hay líneas rojas que no pueden ser cruzadas. Los intereses nacionales son nuestras líneas rojas, que incluyen nuestro derecho bajo regulaciones internacionales y el enriquecimiento [de uranio] en Irán». Este cambio de discurso de Rohani se podría entender como presión de la política conservadora del país. No obstante, el mandatario iraní continuará con sus esfuerzos diplomáticos para intentar cerrar la brecha con Occidente, abierta desde hace tres décadas.
Las negociaciones de las potencias mundiales con Irán han inquietado a los socios de Oriente Medio de EE UU. En un intento de tranquilizar los ánimos de Israel y Arabia Saudí, el secretario de Estado, John Kerry, declaró ayer que Washington sólo aceptará un acuerdo nuclear con Irán con «contenido», al tiempo que aclaraba no son «ciegos» o «estúpidos» ante una posible estrategia de la República islámica para conseguir una rebaja de sanciones sin frenar su desarrollo atómico. Kerry recordó que las sanciones económicas han permitido que Teherán se vea abocado a estas negociaciones y añadió: «No tenemos prisas, tenemos que obtener un acuerdo válido. Salir sin acuerdo es preferible a un mal acuerdo».
Con estas palabras, Kerry pretendía tranquilizar a Israel, que califica la actividad nuclear iraní como una amenaza mortal y ha condenado el acuerdo en ciernes porque permitiría a Irán retener cierta capacidad de enriquecimiento en vez de desmantelar el programa nuclear. Así lo expresó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que declaró que el Estado judío «no se sentirá atado a un acuerdo de esas características», reiterando una amenaza velada de tomar acciones militares si considera que la diplomacia no logra combatir las ambiciones nucleares de Irán. «El acuerdo que, al parecer, se está gestando es malo y peligroso. No sólo para nosotros sino también para ellos [occidente]. Es malo porque rebaja la presión de las sanciones y en la práctica deja en manos de Irán la capacidad de seguir enriqueciendo uranio y de seguir adelante con la planta de plutonio», afirmó el «premier».
Líneas rojas persas
DERECHO A ENRIQUECER URANIO
El presidente iraní, considera que su pueblo tiene el derecho nacional a enriquecer uranio hasta el 20% en su propio territorio.
PROGRAMA NUCLEAR NACIONAL
El régimen iraní se niega a enviar a otro país uranio para que sea enriquecido al nivel que requiere su uso civil.
FIN DE LAS SANCIONES ECONÓMICAS
Teherán reclama que el acuerdo incluya como contrapartida el levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía.
REACTOR EN FUNCIONAMIENTO
Teherán no está dispuesto a parar la actividad del reactor nuclear que produce plutonio durante las negociaciones.
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