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Kim Jong Un ensaya su Hiroshima
Corea del Norte realiza el ensayo nuclear más potente de su historia, que provocó un terremoto de 5,3 grados. El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de urgencia y baraja nuevas sanciones
Corea del Norte confirmó hoy en la televisión estatal que ha llevado a cabo su quinta prueba nuclear, en el día en que el país celebra el 68 aniversario de su fundación.
Corea del Norte lanzó su quinto ensayo nuclear a primera hora del viernes y el que podría ser el más potente de los llevados a cabo hasta ahora, con el que quiso dar a conocer que el país está capacitado para fabricar ojivas nucleares para ser montadas en un misil y poder hacer frente a cualquier ataque. «Hemos llevado a cabo con éxito una prueba de explosión nuclear para determinar el poder de la ojiva nuclear». De esta forma confirmó el Gobierno norcoreano a través de su canal de televisión estatal la última valentonada del régimen de Pyongyang, que tuvo lugar durante la celebración del Día Nacional. Este nuevo desafío alarmó a la comunidad internacional y llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a tratar el tema con urgencia en una reunión en la que Francia, Reino Unido y EE UU pidieron nuevas sanciones contra Corea del Norte.
La explosión nuclear, que fue confirmada por la Agencia Meteorológica de Corea del Sur, tuvo lugar alrededor de las 9 de la mañana, hora local, y generó una actividad sísmica de una magnitud de 5,3 grados en el mismo lugar donde anteriormente se habían producido otros ensayos. Desde el Ministerio de Defensa de Corea del Sur se estima que el rendimiento de la explosión del viernes fue de 10 kilotones, la más grande realizada hasta ahora por el régimen por Pyongyang.
Su primera prueba nuclear en 2006 fue de menos de un kilotón y el país ha ido aumentando constantemente su capacidad atómica desde entonces. Como referencia, la bomba sobre Hiroshima de 1945, que provocó más de 100.000 muertos, fue de 15 kilotones. Aunque los avances nucleares que proclama Corea del Norte vienen acompañados de un historial de exageración, la prueba de ayer parece estar un paso más cerca del objetivo de crear un arma nuclear capaz de llegar a la parte continental de Estados Unidos. «Ésta es nuestra respuesta a los poderes hostiles, incluyendo a Estados Unidos. Estamos enviando el mensaje de que, si los enemigos nos atacan, nosotros podemos contraatacar», dijo un presentador en la televisión estatal.
Los medios estatales dijeron que las ojivas podrían ser montadas en cohetes balísticos, lo que permitiría a Corea del Norte producir «una variedad de cabezas nucleares más pequeñas, más ligeras, más diversificadas y de mayor potencia». En caso de que realmente posea esta capacidad, algo que expertos han puesto en duda hasta ahora, supondría un peligroso avance al situar virtualmente a la mayor parte del planeta en el punto de mira del arsenal nuclear de Kim Jong Un.
Pese a las incógnitas que rodean los programas nucleares y de misiles del Gobierno más hermético del mundo, sí es cierto que la frecuencia de los ensayos nucleares ha ido en aumento en los últimos años; cinco pruebas desde que comenzó su programa de desarrollo armamentístico nuclear en 2006. La de ayer fue la tercera desde que Kim Jong Un asumió el poder a finales de 2011. En enero, Corea del Norte llevó a cabo una cuarta prueba nuclear con una bomba de hidrógeno después de los ensayos anteriores en 2006, 2009 y 2013. El historial de prohibiciones y provocaciones entre la ONU y los lanzamientos de misiles de Corea del Norte arranca en 2006, cuando una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohibió a Pyongyang probar la tecnología de misiles balísticos y la detonación de armas nucleares después del lanzamiento de una prueba de una bomba nuclear ese mismo año.
Al temor por el vertiginoso ritmo con el que Corea del Norte está engordando su desarrollo armamentístico se unen además los nuevos métodos empleados para el lanzamiento con el fin de evitar que los satélites los detecten. Se trata de misiles que son transportados por carretera y que pueden ser lanzados desde un túnel o un refugio en cuestión de minutos, lo que evitaría que puedan ser localizados –como podría haber ocurrido ayer, después de que las fuerzas de defensa de Japón no lo vieran venir por adelantado, según recogió en sus páginas el diario nipón «Nikkei». «Corea del Norte está mejorando su tecnología», dijo Atsuya Tanimoto, de la oficina de análisis de inteligencia del Ministerio de Defensa de Japón, y eso genera «mucha preocupación».
De esta forma, parece estar buscando otras maneras de evitar la interceptación, motivada sin duda por la reciente decisión de Corea del Sur de albergar un THAAD el próximo año con el fin de proteger al país de las amenazas nucleares de su vecino del norte. Este sistema de alta tecnología detectaría a través de radares los proyectiles ya en trayectoria y podría destruirlos, en algunos casos antes de que éstos tuviesen contacto con la atmósfera. El acuerdo para la instalación del THAAD se alcanzó el pasado mes de julio, tras semanas de negociaciones entre EE UU y Corea del Sur. El despliegue de fuerzas militares estadounidenses en la zona cuenta con una fuerte oposición por parte de China, que lo ve como una amenaza hacia su poderío y su seguridad en la zona. El presidente Barack Obama aseguró que el ensayo tendrá «serias consecuencias».
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