Nairobi

Se dispara la tensión religiosa en Kenia

Dos semanas después del ataque al centro comercial, la ciudad de Mombasa vive una jornada de disturbios por la muerte de un imán musulmán ligado a Al Shabaab

La Razón
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La respuesta al asesinato de un imán musulmán de la ciudad portuaria de Mombasa no se hizo esperar. Cientos de jóvenes kenianos salieron a las calles para protestar violentamente por la muerte de su polémico líder espiritual: tras el rezo de los viernes,quemaron neumáticos, cortaron calles, se enfrentaron a las Fuerzas de Seguridad y quemaron una Iglesia. En total, cuatro personas fallecieron ayer y hay siete en estado crítico, según informa el diario local "Daily Nation". Aunque los enfrentamientos interconfesionales no son comunes en Kenia, un país de mayoría cristiana, desde hace un par de años la milicia islamista somalí de Al Shabaab ha encontrado fácil el reclutar a musulmanes descontentos que viven en la zona costera keniana. De hecho, al jeque Ibrahim Omar, imán de la mezquita de Musa, se le relaciona con el grupo islamista, responsable del asalto al centro comercial de Westgate, en Nairobi, que causó la muerte de al menos 67 personas. En este sentido, los manifestantes llegaron a acusar al comando antiterrorista de la Policía de la muerte del jeque. Sobre las diez de la noche, hora local, Ibrahim Omar y otras tres personas salieron de la mezquita para volver a casa y su vehículo fue acribilladas a balazos por desconocidos. El líder musulmán Abubakar Shariff, en declaraciones recogidas por EFE, acusó a la Unidad de la Policía Antiterrorista (ATPU) de la matanza, en venganza por el ataque al Westgate. Por cierto que Shariff, como destaca la BBC, ha sido sancionado por el Consejo de Seguridad de la ONU, por ser un "importante facilitador y reclutador de jóvenes musulmanes kenianos para la militancia violenta en Somalia".

Y es que el jeque asesinado era precisamente el sucesor de Aboud Rogo, un radical islámico que murió también tiroteado en agosto del año pasado, era acusado por Kenia y EE UU de reclutar y recaudar fondos para los militantes de Al Shabaab. Tanto Rogo como Omar eran bastante populares entre la juventud musulmana de Mombasa, por tanto, al igual que ocurrió en 2012, los choques por su asesinato se propagaron por toda la ciudad. "Estamos intentando lidiar con algunos jóvenes que están causando problemas en la ciudad, pero los contendremos", indicó a Reuters, Robert Kitur, el jefe de la Policía. Preguntado por las acusaciones de la opinión pública, de acusar a los agentes de estar detrás del asesinato en venganza por lo que ocurrió en el centro comercial de Nairobi, Kitur respondió que "la Policía no tiene nada que ver con el tiroteo. No es como operamos". Al cierre de esta edición, los enfrentamientos se extendieron a los barrios de Kisauni y Bombolulu. Aunque el incendio de la iglesia de Salvación, situado en la misma calle de la mezquita de Musa, ya había sido controlado y en ese barrio, Majengo, los agentes dispersaron a los manifestantes con gas lacrimógeno, se esperaba una noche convulsa en Mombasa.