Política

Guerra en Siria

«Siria va a ser el cementerio de los invasores»

La Razón
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La incertidumbre invade la capital de Siria. Mientras los investigadores de la ONU concluían ayer su visita en Guta del Este para recoger más pruebas que verifiquen que el régimen sirio empleó gas nervioso en su ataque del pasado día 21, las potencias occidentales ultimaban los detalles para un inminente ataque contra objetivos militares en Damasco. Pero la oposición no confían en que la intervención de EE UU y sus aliados pueda cambiar el curso de la guerra. «Los americanos y los ingleses han dejado claro que el golpe militar será un castigo al régimen por utilizar las armas químicas contra civiles», insiste a LA RAZÓN Wassim Zabad, un opositor de Damasco. Este activista rebelde critica que la acción militar de Occidente «es un mensaje para Rusia, que quiere decir que si nosotros queremos derrocar a Asad lo podemos hacer, pero que no queremos derrocarlo por ahora». «Lo más seguro es que las fuerzas internacionales adviertan Asad antes de bombardear para que evacúen a tiempo las zonas bombardeadas», se queja Zabad antes de agregar que «han evacuado los cuarteles de la Guardia Republicana» en Damasco. El opositor lamenta que «este espectáculo de fuerza no lleva a ningún lado, mientras no sea para derrocar al dictador». Zabad advierte de que, como respuesta las fuerzas del régimen, «a su vez intensificarán las matanzas contra civiles con armas tradicionales y misiles de largo alcance».

Por parte de Damasco, la respuesta ante una inminente intervención extranjera fue contundente. «Siria va a ser el cementerio de los invasores, no se va asustar por sus amenazas colonialistas, y ninguna fuerza del mundo podrá vencerla», arremetió ayer el primer ministro sirio, Wael al Halqi, que acusó a EE UU y a sus aliados de emplear «argumentos falsos» para justificar una acción militar. Al Halqi aseguró que Damasco «va a salir de la crisis fortalecida», y denunció que «los países que golpean los tambores de guerra contra Siria son los mismos que cometieron las masacres en Irak, Líbano y otras naciones». El jefe del Gobierno sirio volvió a responsabilizar a los opositores, a la que el régimen llama terroristas, de «haber empleado gas sarín». El mismo argumento que horas antes utilizó el viceministro de Exteriores sirio, Faisal Maqdad. En declaraciones a la Prensa, el viceministro afirmó que «los grupos terroristas son los que usaron armas químicas con la ayuda de EE UU, Reino Unido y Francia, y esto tiene que cesar». «Hemos entregado a la ONU todas las pruebas y documentos que muestran que fue la oposición la que utilizó armas químicas», reiteró Maqdad. Y aunque todavía no ha caído ninguna bomba de la Alianza, el ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, ya alertó de que «una incursión extranjera pondrá la región en llamas, tendrá consecuencias». Mientras el régimen de Damasco y sus aliados utilizan la retórica apocalíptica, las denuncias internacionales siguen creciendo. El enviado de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, confirmó ayer el uso de sustancias químicas en la guerra civil de Siria y que cientos de personas, incluso un millar, podrían haber muerto. «Esto es por supuesto inaceptable. Esto es indignante. Confirma lo peligroso de la situación en Siria y lo importante para los sirios y la comunidad internacional para desarrollar realmente la voluntad política para hacer frente a este problema en serio y buscar soluciones para ello», denunció el enviado de ONU.