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Snowden recibe el asilo político tras 40 días de encierro en un aeropuerto

Las autoridades rusas le permitirán vivir durante un año en el país mientras el espía diseña su nueva estrategia

Pasaporte temporal de Snowden emitido por Rusia
Pasaporte temporal de Snowden emitido por Rusialarazon

Edvard Dhzozef Snouden. Así aparece el nombre del ex espía estadounidense en su nuevo pasaporte como asilado ruso. Tras 40 días encerrado en la zona de tránsito del aeropuerto de moscovita de Sheremetievo, las autoridades rusas le entregaron ayer los papeles necesarios para salir. Poco después, el abogado del informático, Anatoli Kucherena, compareció ante la Prensa con una fotocopia del pasaporte de «la persona más buscada de la Tierra». «Hace 15 o 20 minutos lo metí en un taxi, le di el certificado y se marchó. Ahora puede vivir donde quiera dentro de Rusia. Es su decisión personal», declaró Kucherena.

Tras sortear los objetivos de las decenas de periodistas apostados en el aeropuerto en busca de una imagen, Snowden se subió a un taxi acompañado de algunos colaboradores y desapareció. Preguntado por su destino final, el asesor legal del informático explicó que no puede decir adónde va para no poner en riesgo su seguridad personal. Según el abogado, a partir de ahora Snowden tendrá que tomar medidas especiales de vigilancia y probablemente se verá obligado a viajar rodeado de guardaespaldas. Cualquier paso en falso que dé Snowden podría costarle su libertad, pues podría caer en manos de los agentes estadounidense, que no le quitan ojo.

Las reacciones ante la noticia no se han hecho esperar. WikiLeaks quiso agradecer en su cuenta de Twitter el trabajo hecho por todos los que colaboraron en la protección de Snowden, pero aclaró que «hemos ganado una batalla, pero no la guerra». Horas más tarde, fue el propio Snowden quien publicaba en la página web de WikiLeaks un breve comunicado en el que agradecía la concesión de asilo por parte de Rusia «de acuerdo con sus leyes y obligaciones internacionales», al tiempo que denunciaba que «el Gobierno de Obama no muestra respeto por las leyes internacionales ni nacionales». Pese a todo, el ex espía se mostró convencido de que, «al final, la Ley sale victoriosa».

Desde el Kremlin se han mostrado confiados en que un caso «relativamente insignificante» como el de Snowden no dañe las relaciones entre Rusia y EE UU, y han recordado que «la solución del problema es que algún país le conceda el asilo político definitivo» y no temporal, como ha hecho Rusia. La decición del espía estadounidense de solicitar asilo temporal a Rusia se produjo después del conflicto diplomático que mantuvo al presidente boliviano, Evo Morales, retenido en el aeropuerto de Viena durante 13 horas, después de que los espacios aéreos de Italia, Portugal y Francia cerran el paso a su avión presidencial, al difundirse el rumor de que el topo de la CIA viajaba en su interior. El pánico y la posterior actuación de los países implicados provocaron que éste aplazara su intención de viajar a Venezuela o Bolivia, donde se le había anunciado que sería asilado.

Así que, de momento, parece que Snowden no se plantea huir a otro país, y ya ha confesado su interés por conocer Rusia y asentarse allí. Según su abogado, durante su estancia en el aeropuerto, donde ha permanecido en una de las habitaciones que se facilitan a los pasajeros en tránsico y siempre acompañado por Sara Harrison (abogada de Wikileaks), el ex espía se dedicó a aprender el idioma y la historia de su nuevo país, e incluso tuvo tiempo para leer «Crimen y castigo», de Dostoievski. Por ahora, a diferencia de Raskolnikov, no parece que Snowden vaya a recibir ningún castigo.

Obama, «muy decepcionado» con el asilo

El Gobierno de EE UU aseguró que está «extremadamente decepcionado» con Rusia después de la concesión de asilo a Snowden. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, aseguró que EE UU evalúa «la utilidad» de la cumbre bilateral entre Obama y Putin, en Rusia en septiembre, en paralelo a la cumbre del G20. «Snowden no es un informante», dijo Carney, quien subrayó que, por el contrario, es alguien perseguido por la Justicia estadounidense por filtrar información secreta. El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, tras conocer la decisión de Moscú, fue mucho más explícito: «Rusia nos ha apuñalado por la espalda, y cada día que al señor Snowden se le permite deambular libremente, se hunde más el puñal», confesó. También pidió que la próxima cumbre del G-20 en San Petersburgo se celebre en otro lugar.