Política

Elecciones en Reino Unido

Sólo un diputado para el UKIP pese al 13% de votos

Farage, que pierde su escaño, considera que «es la hora de una radical reforma política»

La Razón
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Tercer perdedor en las urnas y el primero en dimitir. El eurófobo Nigel Farage abandona el liderazgo del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) tras ser derrotado en su circunscripción inglesa de Soth Thanet (Kent) por el candidato conservador. Farage ya había advertido días antes de que renunciaría si fracasaba en su séptimo intento de obtener un escaño en la Cámara de los Comunes. Sin embargo, el eurodiputado no descarta volver a presentarse en septiembre como candidato para liderar la formación euroescéptica y xenófoba. Entonces, podría competir contra Suzanne Evans, ex periodista de la BBC y figura en alza del UKIP, que es vista por la Prensa como la mujer ideal para modernizar la imagen de un partido de hombres blancos nostálgicos de un Reino Unido que dejó de existir hace mucho tiempo. «Ha llegado el momento de una verdadera, genuina y radical reforma política y es el UKIP el partido que va a liderarla. A nivel profesional, siento una cierta decepción. A nivel personal, siento que me he quitado un enorme peso de encima y nunca me he sentido más feliz», declaró Farage.

El UKIP, que quiere que Reino Unido abandone la Unión Europea lo antes posible, fue el tercer partido más votado, con casi un 13% (ocho puntos más que en 2010), pero sólo ha logrado un escaño por obra y gracia de un sistema electoral mayoritario que castiga a las pequeñas formaciones. Los eurófobos irrumpieron en la primera línea política en las elecciones europeas de mayo de 2014, al ser el partido británico más votado, con un 30% y 24 eurodiputados. Sin embargo, no ha sabido capitalizar ese auge más allá de lograr dos diputados en elecciones parciales en el Parlamento saliente. Su discurso antiinmigración y antieuropeo ha seducido a una buena parte del electorado más euroescéptico con sus promesas de reducir la inmigración y los subsidios a los extranjeros y acelerar el referéndum sobre la permanencia Reino Unido en la UE, a la que culpa de perjudicar a las empresas británicas con sus reglamentos y directivas.