¿Somos ahora más vulnerables?

–Secuestrar un avión sin motivaciones terroristas, ¿es algo nuevo?

–Estos secuestros o falsos secuestros han existido a lo largo de toda la historia de la aviación, no es algo novedoso. Aunque la motivación sea simplemente llamar la atención. Cualquier persona puede hacer una amenaza e intimidar a la tripulación y al pasaje. Aunque no lleve armas reales se trata de un secuestro y por tanto, hay que darle credibilidad.

–¿Los secuestros no eran más típicos en los años 80, cuando había menos seguridad?

–Siguen ocurriendo actos de este tipo, pero quizá porque están más controlados y, sobre todo, más penados, sean menos noticiosos. Además, suele ir algún miembro de seguridad a bordo (en este caso iba también), sólo que ante una amenaza de un cinturón explosivo tampoco se debe arriesgar. No diría todos los días, pero se producen varias amenazas al mes en distintos puntos del mundo. Con la nueva legislación internacional, son tipificados como delitos. Aunque sin heridos o víctimas, es considerado un delito en la navegación aérea y ya no queda en una simple broma.

–¿Se debe aumentar aún más la seguridad para evitarlo?

–Por mucha seguridad, es algo tan fácil, que cualquier desequilibrado en algún momento lo puede hacer. Afortunadamente, en los aeropuertos, gracias a las medidas de seguridad, se filtran armas, objetos punzantes, utensilios... Lo que evita muchos de estos secuestros.

–Estas noticias tiene mucha repercusión y dan mala imagen al transporte aéreo....

–Al año, en todo el mundo, el balance de muertos tanto de actos de interferencia ilícita como fallos técnicos es de menos de 1.000 personas, pero es cierto que el impacto mediático es infinitamente mayor.

*Director de la revista «Avion Revue».