Internacional

Testimonios de la nueva generación de rusos

Testimonios de la nueva generación de rusos
Testimonios de la nueva generación de rusoslarazon

Yulia Kuts: «En este nuevo país somos los dueños de nuestras vidas»

23 AÑOS. Agradece que ahora el Estado no controle a todos los ciudadanos y que los emprendedores puedan salir adelante

«Creo que ahora vivimos mejor. Tenemos unas libertades que los soviéticos no se podían ni imaginar. Hay más libertad para viajar, trabajar, descansar, elegir una carrera, etc. Tenemos libertad de movimiento. Mis padres dicen que para ellos era impensable la posibilidad de coger de pronto un avión y partir a cualquier rincón del mundo. Porque incluso para los viajes a otros países del bloque socialista les tenía que investigar la KGB y debían presentar una carta del lugar del trabajo. El turismo individual estaba prohibido y cuando se viajaba a algún país en grupo, los turistas tampoco podían sentirse libres porque permanecían bajo estricta vigilancia y su comportamiento en el extranjero era analizado con lupa. Eso a nosotros no nos pasa. En la nueva Rusia somos los dueños de nuestras vidas. Podemos ser funcionarios o empresarios. Lo decidimos nosotros», asegura Yulia Kuts. Antes no se podía hacer negocios individuales y todos estaban obligados a trabajar para el Estado, que pagaba lo que pagaba, ni más ni menos. Todos tenían que trabajar y los que no lo hacían eran como criminales. Es verdad que hoy por una parte lo tenemos fácil, pero por otra, difícil ya que la responsabilidad por las decisiones que tomamos recae sobre nosotros mismos y no en el Estado. Para los vagos es un problema, pero para la gente ambiciosa y emprendedora, todo un incentivo. Yo creo que nuestra generación es muy ambiciosa y tenemos suerte de no tener barreras para el desarrollo de nuestras aspiraciones personales».

Yulia Galkina: «Nos aseguraban que la URSS tenía todo lo mejor»

18 AÑOS. Hija de emigrados soviéticos, recuerda el choque cultural que sufrieron sus padres al comenzar a vivir en Occidente

Por cuestión de edad Yulia no vivió la etapa soviética, pero sí lo hizo a través de sus padres. «Cuando cayó la URSS, la sociedad soviética descubrió de pronto que vivía peor que en Occidente, mucho peor. Se supo que la gente trabajadora en Occidente, especialmente con estudios superiores, no pasaba necesidades, mientras que la propaganda aseguraba que en la URSS se tenía lo mejor, en cuanto a la formación, la sanidad y el empleo. Eso sí, nadie decía que nuestros trabajadores ganaban mucho menos que sus colegas de países capitalistas. Los soviéticos se sintieron engañados y fueron en masa en dirección a Occidente cuando cayó su casa común, pero allí chocaron con otras dificultades y otra dura realidad. Muy pronto los emigrantes descubrieron que la vida fuera no es de color rosa y que para ganar dinero hay que trabajar día y noche. Los que se marcharon tuvieron que adaptarse a las nuevas realidades. Y no hablo de mi generación, sino la de mis padres. No lo tuvieron fácil. Una de las cosas que, en mi opinión, fue muy chocante para ellos es que una vez fuera de la URSS, se podía aprender a ganar más dinero, pero en Occidente no se les enseñaba a los niños a «enamorarse del cielo» (en alusión a la formación idealista soviética). Creo que ésa fue para ellos la mayor decepción que encontraron allí fuera. Nosotros, por nuestra parte, ya nos manejamos mejor en ese nuevo mundo en el que nacimos y es difícil que algo nos pille por sorpresa».

Nikita Bochkov: «La gente pensaba en el bien común y en el bien del Estado»

21 AÑOS. Le gusta el colectivismo soviético, pero piensa que los jóvenes rusos se han adaptado bien al cambio al cambio de época

«Me gusta que en la URSS hubiese colectivismo. Al menos, eso es lo que les he oído a los mayores; y me gusta, aunque no todos mis amigos estén de acuerdo conmigo en ese aspecto. El colectivismo soviético, según lo que sé, enseñaba a la gente a pensar en el bien común y en el bien del Estado. La gente creía en eso y basaba su vida en esas reglas, ya que es lo que les parecía lo más correcto. Ahora, en cambio, reina el individualismo, cada uno piensa solo en sí mismo y eso nos está cambiado mucho. Creo que a los que nacimos después de la caída de la Unión Soviética nos falta algo. Sabemos movernos, ser competitivos, pero también tenemos que ser más egoístas. Y necesitamos comportarnos de ese modo para encontrar nuestro lugar en el mundo actual», asegura Nikita.

Ahora los tiempos han cambiado: «Lo que hacemos nosotros es competir constantemente por nuestro lugar bajo el sol, y si no lo hacemos nos encasillan directamente como fracasados. Y si eres un fracasado, ya no tienes nada que hacer. Para evitar que nos pase esto, vamos desarrollando cualidades que tal vez no tenían las generaciones anteriores. Y es lo normal ahora, porque de otra forma, probablemente seríamos unos inadaptados. La verdad es que las nuevas reglas de juego tampoco están tan mal. Simplemente, son diferentes. Sin embargo, a veces siento una especie de nostalgia por algo que no viví y que, desde luego, nunca viviré».