Relación España/Venezuela
«Leopoldo me dijo, ve a LA RAZÓN y explica que nos hace falta el diálogo»
Lilian Tintori se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de los presos políticos en Venezuela. Esta mujer menuda y visceral, que habla con la cabeza y el corazón, se ha ganado la simpatía de presidentes y jefes de Estado de medio mundo. Mucha gente anónima en España la adora y se identifica con sus reivindicaciones. La paran por la calle para hacerse «selfies» y preguntarle por su marido.
Muy a su pesar, se ha convertido en una activista conocida en todo el mundo. Ayer, con su intervención en la sede de LA RAZÓN se metió en el bolsillo a todos los invitados, y al final arrancó una ovación cuando dijo: «No dejen que le quiten la democracia a España». Antes de eso, la esposa del opositor Leopoldo López –quien cumple condena de 14 años en Caracas– explicó el proceso de deterioro político y social que vive Venezuela desde que su marido entró en prisión en febrero de 2014.
En estos dos años y tres meses, Tintori ha recorrido decenas de países pidiendo apoyo para liberar a los presos políticos, pero en ningún momento se ve a sí misma como una «heroína», dijo contradiciendo a Ussía. «Es que así somos las mujeres cuando nos arracan el amor más grande que tenemos, que es nuestra familia, nuestro esposo. Cuando algo así sucede, sacamos fuerzas de donde sea para conseguir nuestro objetivo».
«Hoy no estamos solos»
Tintori confesó la soledad que sintió hace dos años, cuando nadie en el extranjero quería escuchar su mensaje sobre lo que estaba ocurriendo en Venezuela: «No nos recibían, ni tan siquiera nos daban una tarjeta de presentación». Dos años después, «los venezolanos ya no estamos solos y hoy LA RAZÓN nos abre un espacio más para desahogarnos y transmitir que esta situación la vamos a superar».
Hasta hace dos años y medio Lilian Tintori era una venezolana ajena a la política, pero preocupada por la deriva de su país. Su esposo le explicó entonces que Venezuela iba de cabeza a una crisis social, económica y política que acabaría con la democracia. «Si no hacemos algo, no tendremos qué comer, ni tendremos justicia ni derechos», le decía Leopoldo. En ese momento, el joven político, fundador del partido Voluntad Popular y una de las figuras más prometedoras de la política en Venezuela, le contó que había que plantear «una salida constitucional, pacífica y democrática». El 23 de enero de 2014 desveló su propuesta en público y desde entonces las autoridades le pusieron nuevamente en el punto de mira hasta que el 18 de febrero, después de varios días de protestas masivas en las calles, fue detenido y encarcelado.
Tintori entendió entonces que la mejor manera de ayudar a su marido era movilizar a la opinión pública internacional. «El primer país del mundo que nos atendió fue España. Cuando me reuní con el presidente Mariano Rajoy le conté el caso de Juan Manuel Carrasco, un joven de 24 años que fue detenido por protestar. Le torturaron y un militar le violó con un fusil por el ano. Rajoy no sabía quién era Carrasco. Resulta que era un venezolano con nacionalidad española, gracias a eso la embajada lo rescató y se salvó».
También relató que uno de los momentos más difíciles del cautiverio de Leopoldo vino con una huelga de hambre de 30 días en su celda para pedir la convocatoria de elecciones parlamentarias. «Fueron los 30 días más horribles que hemos vivido. Nos decían que se iba a morir, que el Gobierno no iba a dar marcha atrás. Pero al final se convocaron elecciones y ganamos la Asamblea Nacional con contundencia».
Poco a poco, con un trabajo de hormiguita, Tintori y otros dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática –la coalición de partidos políticos que aglutina a toda la oposición al chavismo– trabajaron para sacar adelante una ley de amnistía que Maduro vetó. «Esa ley la vamos a necesitar en mi país porque la amnistía sirve para lograr un país mejor y la reconciliación, pero fue bloqueada».
Antes de venir a España «Leopoldo me dijo: ve a la LA RAZÓN y di que en Venezuela hace falta el diálogo para buscar soluciones a la crisis profunda que estamos viviendo».
La activista afirmó que los augurios de su esposo dos años atrás se han cumplido. «Estamos en una crisis política y social, pero lo peor de todo, estamos en una crisis de valores porque destrozaron los valores democráticos».
La oposición se encuentra a día de hoy ante el desafío de conseguir que el Gobierno de Nicolás Maduro convoque un referéndum revocatorio, después de haber recabado más de dos millones de firmas en la calle. «Hay que lograr un entendimiento, queremos un diálogo con nuestros hermanos venezolanos, pero para que sea efectivo tenemos que escuchar a todos. Y cuando escuchamos al pueblo venezolano, lo que quiere es un cambio. La gente quiere revocar a Maduro para restaurar la democracia y la Constitución, las leyes y la paz. Ése es el objetivo».
Ese diálogo con el Gobierno tiene condiciones, añadió Tintori: «Hace falta la apertura de un canal humanitario y la liberación de los presos políticos, el mundo lo pide. Hace falta restaurar la institucionalidad y cumplir la Constitución, y la Constitución dice que revocar a un presidente es un derecho, y los derechos no se negocian, igual que la libertad y la democracia, y por eso nos mantenemos firmes».
Cada vez que Lilian sale al extranjero y critica al Gobierno venezolano recibe amenazas desde su país. «El otro día me dijeron que si no paro mi trabajo internacional no van a liberar a Leopoldo. Ayer me contaron que va a haber un golpe. Y yo les digo que el único golpe que va a haber es el golpe del revocatorio».
Tintori reconoció que la fuerza, la humildad, la amabilidad y la tenacidad son valores que ha aprendido de su madre, Lilian Parra –presente ayer en el acto– y de su suegra Antonieta, la madre de Leopoldo. «Si me preguntaran cuál es la mamá perfecta, diría que es una mezcla de las dos. Ellas son las verdaderas heroínas». En ese momento le asomaron algunas lágrimas: «Tenemos mucho dolor y rabia, pero nuestra esperanza es más fuerte que el dolor. Nuestro compromiso por Venezuela se desborda».
Estando en LA RAZÓN, Tintori no quiso pasar por alto la persecución que sufren muchos periodistas en Venezuela por escribir lo que no le gusta al Gobierno, y tuvo una mención especial para Miguel Henrique Otero, presidente del diario venezolano «El Nacional», y también para el diputado Lester Toledo, presente en el acto, sobre el que pesa una orden de detención en Caracas. También agradeció a Albert Rivera su visita a Venezuela y animó a todo el mundo a viajar a su país «para que nos acompañen en el rescate de la democracia».
Si hace un par de años nadie le abría las puertas, ahora ocurre lo contrario. En su visita a Madrid se ha reunido en apenas unas horas con Felipe González, José María Aznar y el ministro José Manuel García-Margallo.
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