Política

Adiós a Mandela

Todos quieren despedir a Mandela

Suráfrica se prepara para recibir a los 140 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán al funeral

EN BUSCA DE LA FOTO. El presidente surafricano, Jacob Zuma, saluda a unas niñas en la iglesia metodista de Bryanston, ayer en Johannesburgo
EN BUSCA DE LA FOTO. El presidente surafricano, Jacob Zuma, saluda a unas niñas en la iglesia metodista de Bryanston, ayer en Johannesburgolarazon

Suráfrica se prepara para recibir a los 140 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán al funeral

A pesar de que el Gobierno de Suráfrica no ha enviado invitaciones a los lídres mundiales para los funerales, ya han confirmado su presencia más de cincuenta jefes de Gobierno y de Estado y más de un centenar de líderes de todo el globo estarán en el tributo que se celebrará mañana en el FNB estadio de Johannesburgo, con capacidad para 95.000 personas. La ministra surafricana de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashaban, explicó que el interés que ha despertado este evento entre los mandatarios mundiales «no tiene precedentes». Lo que está ocurriendo en Suráfrica es histórico. Nunca antes este país se había visto en este situación. «El hecho de que los líderes internacionales vayan a viajar a Suráfrica con tan poco margen de tiempo refleja el lugar especial que el presidente Nelson Mandela ocupa en los corazones de la gente en todo el mundo», apuntilló el ministro de la Presidencia, Collins Chabane. En las exequias fúnebres estará presente el presidente de EE UU, Barack Obama, que acudirá acompañado por su mujer Michelle Obama. También lo harán George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter. De Brasil viajará la presidenta Dilma Rousseff, y de México, Enrique Peña Nieto. Desde España, Don Felipe el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. François Hollande, desde Francia, y el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, homenajearán a Mandela en su país natal. También se podrá ver en la grada del estadio al presidente de Palestina, Mahmud Abas, o al de India, Pranab Mukherjee.

A la presencia de líderes mundiales hay que sumar la de los millones de ciudadanos irán a darle el último adiós al ex presidente. Es más, el Ejecutivo está enviando mensajes a la población para que acuda en masa al homenaje a Mandela. No se podrá acceder en coche privado y se han habilitado otros tres estadios colindantes para seguir, a través de pantallas gigantes, lo que ocurre en Nasrec –donde está situado el estadio FNB–. Es más, se ha distribuido un manual entre la población para evitar incidentes. El Ejército ha llamado a los reservistas como apoyo para velar por la seguridad de los asistentes al adiós a Madiba y el cielo de Pretoria está siendo sobrevolado por aviones militares.

Las colas de periodistas de medios internacionales para recoger su acreditación para el evento son interminables, y está siendo complicado acceder a la oficina de Prensa del Gobierno surafricano para realizar cualquier gestión. Suráfrica trata de responder a esta avalancha de demanda de información con equipos trabajando las 24 horas del día y una página web actualizada casi en tiempo real. Mañana, todas las cadenas de televisión nacionales televisarán el acontecimiento histórico en directo para todos los que no puedan asistir a uno de los cuatro estadios destinados a honrar la memoria del primer presidente de la democracia. Y es que Mandela sigue uniendo personas, ideologías y a enemigos que hasta ahora parecían irreconciliables. Nunca antes líderes de todos los continentes habían destacado las bondades de una persona de manera tan unánime.

Un micrófono inoportuno

Pero como en toda celebración siempre tiene que haber quien dé la nota. Ayer, el primer ministro checo, Jiri Rusnok, rompió el buen clima internacional. Rusknok, que participaba ayer en un acto en Praga, charlaba amenamente con los ministros de Defensa y Finanzas sobre la celebración del funeral de Mandela sin percatarse de que los micrófonos que tenían en la mesa estaban abiertos y las cámaras grababan su conversación. «... y ahora, además, se ha muerto Mandela...», comentaba Rusnok. «¿Y quién va a ir?», le contestaba el ministro de Defensa, Vlastimil Picek. «Espero que el presidente –Milos Zeman–. A mí no me apetece nada. Además, eso está en el quinto... ¿Y tendré que ir en línea regular o en otra? Y esto ¿quién lo paga», preguntaba el primer ministro. Al conocer que su conversación trascendió a todo el planeta, el Gobierno emitió un comunicado para alabar la figura de Mandela.

OMNIPRESENTE

Jacob Zuma, ¿protagonista u oportunista?

Desde que Nelson Mandela fue ingresado el pasado junio en un hospital de Pretoria, el presidente de Suráfrica, Jacob Zuma, ejerció un papel protagonista dando el parte médico casi a diario de su evolución. En cierto modo, relegó a un segundo plano a su extensa familia para hacerse abanderado de la salud del líder «antiapartheid». Tras su fallecimiento ha seguido la misma tónica que bien puede interpretarse como el lavado de imagen que necesita tras encontrarse acechado por varias acusaciones de corrupción dentro de su Gobierno. Aunque no es un líder carismático y su popularidad se encuentra a años luz de la de Madiba, las encuestas apuntan a que las próximas elecciones presidenciales de 2014 le otorgarán de nuevo la victoria. Más aún después del papel de su vida que está interpretando estos días en Johannesburgo.