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¿Tras los pasos de Breivik?

La Razón
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- ¿Un «lobo solitario» es el peor de los escenarios para la Policía?

-Sin duda. En este caso estamos ante una persona que manifiestamente quería matar. Primero lo intenta en BFMTV y aparentemente, tras haber analizado las imágenes, hay un problema con el arma. Por eso amenaza al periodista diciéndole que la próxima vez no fallará y tira los cartuchos al suelo. Eso ocurre el viernes y es probable que al ver que ningún medio difunde esas imágenes ni habla de él durante el fin de semana, se encolerice. Es entonces cuando decide cargar de nuevo su arma y disparar en «Libération».

- ¿Es alguien que busca notoriedad, que hablen de él?

-Es alguien que busca impactar. Estamos ante un perfil de alguien quizá devastado. Pero que en el fondo es organizado. Un tirador solitario que no parece corresponderse con el perfil de un desequilibrado. Si fuera un perturbado se le habría detenido antes. Lo que busca es aparecer ante las cámaras que se hable de él. Y es posible que se haya calmado porque ha conseguido su objetivo.

- ¿Pero hubiera podido comenzar de nuevo?

-Puede ser. Si hubiera sentido que la Policía lo tiene cercado o que hacen público que lo tienen localizado. Ahí hubiera podido rebelarse y quizá con graves consecuencias, porque es alguien que ha demostrado que puede disparar. E incluso hubiera podido provocar un «suicide by cop», es decir, que la Policía lo mate.

- ¿Cómo Mohamed Mérah?

-Efectivamente, son casos que pueden terminar como acabó el de Mérah, con un enfrentamiento final con la Policía. Aunque también está la otra posibilidad, que es lo que Breivik que, cuando se vio acorralado, se entregó para no morir como mártir y poder llevar su combate político ante un tribunal. Son dos comportamientos distintos.

*Especialista en asuntos de seguridad. Preguntas elaboradas por Á. del Río