Política

Relaciones Estados Unidos-China

Trump aprieta las tuercas a Xi

Los mercados internacionales reciben con inquietud el anuncio del inquilino de la Casa Blanca de imponer nuevos aranceles a los productos chinos. Aún así, Pekín mantiene su intención de viajar esta semana a Washington para proseguir las negociaciones.

Un hombre camina ayer frente a un banco con forma de misil de Estados Unidos en una calle de Pekín / Ap
Un hombre camina ayer frente a un banco con forma de misil de Estados Unidos en una calle de Pekín / Aplarazon

Los mercados internacionales reciben con inquietud el anuncio del inquilino de la Casa Blanca de imponer nuevos aranceles a los productos chinos. Aún así, Pekín mantiene su intención de viajar esta semana a Washington para proseguir las negociaciones.

Con tan solo un tuit, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso ayer a todas las bolsas asiáticas patas arriba. En él, amenazaba una vez más con aumentar hasta el 25% los aranceles a productos chinos importados por valor de 200.000 millones de dólares. Pero mientras algunos aventuraban la salida de Pekín de las negociaciones y otros la cancelación del viaje previsto para las próximas jornadas de una delegación china al país norteamericano, el gigante asiático salió al paso diciendo que seguía dispuesto a negociar con el fin de evitar una guerra comercial que lleva gestándose desde hace casi un año.

«La delegación china se está preparando para ir a Estados Unidos para las negociaciones», aseguró ayer el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang. «Ha habido muchas veces que la parte estadounidense ha amenazado con aumentar los aranceles», añadió Geng al ser preguntado por los incendiarios tuits de Trump. Según dijo, «la posición de China es clara y la parte estadounidense la conoce bien». Por ello, esperan «avanzar en nuestras conversaciones comerciales y que la parte estadounidense pueda trabajar con nosotros y avanzar en la misma dirección para lograr un acuerdo que beneficie a ambas partes. Todos en China y en el extranjero están muy preocupados por la próxima ronda de conversaciones», declaró.

El aviso del inquilino de la Casa Blanca, que llegó tres días antes de que se reanudaran las conversaciones sobre el pacto comercial entre las dos mayores economías del planeta, dio muestras de su impaciencia ante unas negociaciones que, aunque continúan, lo hacen a un ritmo «demasiado lento», según se lamentaba Trump en su red social favorita. Con este nuevo traspiés, ahora Pekín deberá considerar si cede ante la presión del magnate norteamericano y lleva a cabo más concesiones o si, por el contrario, paraliza las negociaciones y da la espalda a las demandas de Washington. Sea cual sea la decisión adoptada, seguro que ha puesto en un brete a las autoridades chinas, que deberán justificar ante sus ciudadanos su posible capitulación ante la Casa Blanca.

«De la misma manera que China puede ofrecer concesiones de último minuto y cerrar un acuerdo, pueden romperse las conversaciones», asegura Julian Evans-Pritchard, economista sénior de China en Capital Economics. Para el experto, este nuevo movimiento puede traer «vientos en contra del crecimiento, más flexibilización de las políticas, un yuan más débil y una derrota en el mercado de valores».

Precisamente, los parqués asiáticos, que en los últimos días habían subido ante la probabilidad de alcanzar un acuerdo definitivo, vivieron una jornada de pérdidas marcada por las ventas masivas de acciones. La bolsa de Shanghái vivió su peor día en más de tres años con una caída del 5,58%, después de haber abierto con un descenso del 3,66%. La segunda plaza financiera más importante del país comunista y especializada en valores tecnológicos, la de Shenzhen, inició el día con una caída del 4,95% y lo cerró con un descenso del 7,38%. En Hong Kong, el índice Hang Seng cayó un 3,03%.

El color rojo también tiñó las bolsas del resto de Asia, como la de Japón, donde el Nikkei perdió un 1,8%; o la australiana, donde el ASX-200 bajó un 1,25%. Además, el yuan retrocedió a su valor más bajo respecto al dólar desde el pasado 23 de enero con una disminución del 1,07%. De la misma forma, la incertidumbre creada por el tuit de Trump también llegó a las principales bolsas europeas, que aguantaron el golpe mejor de lo que se esperaba en un principio. En el caso del Ibex 35, que llegó a abrir con pérdidas del 1,8%, cerró con una caída del 0,84%. París se hundió un 2,2%, y el DAX de Fráncfort perdió el 2,1%.

Ahora queda por ver cómo se resuelve la que será la undécima ronda de negociaciones entre ambas naciones. Hasta la fecha, se han reunido diez veces y en ninguno de esos encuentros se ha alcanzado un compromiso que logre un acuerdo definitivo. Tampoco han conseguido reducir el desequilibrio en la balanza comercial bilateral, objetivo perseguido por Trump, sino más bien el efecto contrario, ya que el déficit con China fue el año pasado de 419.200 millones de dólares, frente a los 375.500 millones de 2017. Pero la pugna entre ambas potencias va más allá de lo comercial. Para Trump es un asunto de seguridad nacional para proteger su economía. Shi Yinhong, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, explicó al diario hongkonés «SCMP» que Trump ha movido ficha ahora empujado por la fortaleza de la economía norteamericana con el objetivo de presionar a China para obtener más concesiones y ganar puntos en la campaña electoral para lograr su reelección en 2020. Por eso, «todavía es posible ver un acuerdo comercial a corto plazo, aunque la confrontación bilateral durará mucho más», apuntó.

Pese a la dura polarización política en Washington, Trump recibió el respaldo de uno de los principales líderes de la oposición demócrata, el senador Chuck Schumer. «Manténgase fuerte con China, presidente Trump. No ceda. La fortaleza es la única manera de ganar con China», remarcó Schumer.