Bruselas

Merkel cree «justificadas» las demandas de Cameron para permanecer en la UE

El «premier» recaba apoyos en el dividido Partido Conservador de cara a la futura campaña a favor del «sí» en el referéndum europeo

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusklarazon

El presidente del Consejo Europeo afirmó que «no hay garantías aún» de que los veintisiete socios comunitarios y el Reino Unido llegarán a un acuerdo que permita a ese país permanecer en la Unión Europea (UE)

Los líderes europeos decidirán en su primera cumbre del año sobre el nuevo encaje que pueda tener Reino Unido en la Unión Europea. Todos los encuentros previos a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas han ido preparando el terreno para que los Veintiocho puedan cerrar un acuerdo que mantenga a los británicos dentro de la UE. Salvo sorpresas de última hora, Reino Unido conseguirá un acuerdo a su medida. Correr el riesgo de que el país abandone el «club» europeo es impensable y nunca se ha planteado como alternativa. De ahí que las exigencias del «premier», David Cameron, se hayan topado con la voluntad fehaciente de los socios europeos de aceptar casi lo que parecía imposible, como el recorte de derechos sociales a los comunitarios que residan en Reino Unido. No habrá cambio en los tratados, pero se interpretarán para dibujar una relación mejorada que complazca a los británicos.

La canciller alemana, Angela Merkel, ya dejó claro con su discurso ayer en el Bundestag que las exigencias de Cameron «están justificadas». Reconocía como necesarias muchas de las peticiones del «premier» y aseguraba que ceder en algunos aspectos no está reñido con que continúe por otro lado la integración de la eurozona. La canciller ha sido uno de los grandes apoyos de Londres.

«Las demandas de Cameron están lejos de ser demandas que son sólo para Reino Unido. Son también demandas europeas y muchas de ellas están justificadas y son necesarias», señalaba Merkel. Por su parte, Italia y Francia también destacaban la necesidad de que Reino Unido siga formando parte de la Unión Europea. «¿Es posible un acuerdo? Nosotros creemos y esperamos que sí, porque la salida británica sería un ‘shock’ cuyas consecuencias para Europa son difíciles de imaginar», indicaba el primer ministro francés, Manuel Valls.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sin embargo, planteaba ayer en su carta a los líderes europeos dudas sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo, alertando de que si no se consigue sería una «victoria geopolítica para quienes quieren una Europa dividida». Sus palabras, viniendo de un polaco, traen a la memoria al líder ruso, Vladimir Putin. «Tras mis contactos de las últimas horas he de ser franco: no hay aún garantías de que logremos un acuerdo, por ello les pido que seamos constructivos porque no habrá un momento mejor para cerrar un compromiso». A pesar de su carta, fuentes europeas reconocían que todo el trabajo está hecho para que los líderes puedan cerrar un acuerdo con Cameron.

Consciente de la división que despierta este asunto entre sus propias filas, el «premier» intentó ayer lograr el apoyo de los pesos pesados de cara a la reunión del Gabinete del viernes. El alcalde de Londres, Boris Jonhson, acudió a Downing Street, pero cuarenta minutos más tarde salía por la puerta con cara de circunstancia. Hasta que no haya acuerdo, el popular político no tomará una decisión. Aunque ayer advirtió a Cameron de que debía aún «hacer más» para que respaldara la campaña por la permanencia de Reino Unido en la UE. Jonhson es uno de los favoritos para suceder a Cameron como líder del Partido Conservador y está tratando de encontrar la manera de apoyar la permanencia sin perder el apoyo entre los «tories» más euroescépticos. Durante el verano llegó a incluso a tener varias reuniones con los responsables de la campaña por el «Brexit», pero luego abandonó la idea de convertirse en su imagen. Johnson siempre se ha mostrado muy escéptico con la UE, por lo que, si decide apoyar la continuidad, lo hará desde la retaguardia.

Con todo, no es el único al que Cameron tiene que convencer. Alrededor de una docena de ministros, que tienen libertad para hacer campaña, podrían pedir al ciudadano su voto por la salida del «club» europeo.