Tzipi Hotovely: «Irán no ha dado pasos para levantar las sanciones»

La viceministra de Exteriores israelí, Tzipi Hotovely, es uno de los miembros con más proyección del tercer Gobierno de Benjamin Netanyahu. A pesar de sus 37 años, ha pasado por tres ministerios y se enfrenta a uno de los periodos de mayor incertidumbre para Israel, con una inédita ola de violencia árabe en el interior del país, una región en descomposición y un acuerdo nuclear con Irán que refuerza el régimen teocrático. Hotovely es dulce en su expresión pero contundente y rotunda en el mensaje. ¿Estamos asistiendo a la tercera Intifada? «No creo que estemos ante una tercera Intifada, pero sí ante una escalada de violencia con características únicas como la temprana edad de los asaltantes», afirma. En la búsqueda de las raíces de la violencia sectaria, Hotovely lo resume todo a una frase: «La proliferación de la mentalidad del Estado Islámico». ¿Y cómo cala entre los jóvenes palestinos? «Hay dos razones. Primera, vivimos en la sociedad de la información y todos estamos expuestos a la brutalidad y espectacularidad de la propaganda del EI. Los jóvenes pueden sentirse fascinados por esta cruda expresión de violencia. La segunda recae en el liderazgo palestino. La Autoridad Nacional Palestina glorifica en su discurso público a los asesinos y garantiza a sus familias asistencia económica de por vida. Los palestinos crecen en esta atmósfera en la que no hay cabida al derecho de Israel a existir», concluye.

Al preguntarle si el auge de la violencia palestina puede estar conectado con el congelamiento del proceso de paz. La viceministra responde que «una infraestructura de la paz debe ir acompañada de una infraestructura de la educación». Insiste en que «el derecho de coexistencia debe proceder de sociedades que compartan unos mínimos valores comunes». Para la número dos de Exteriores la educación es un campo esencial en el que se debe profundizar: «Es muy preocupante que desde los libros de texto se eduque en la cultura del odio. La comunidad internacional y la Unión Europea pueden jugar un papel clave para cambiar esta dinámica». En particular, hace un llamamiento a España: «Estoy aquí en Madrid para celebrar los 30 años de relaciones bilaterales. España es un amigo y aliado. Esperamos que siga trabajando para que nuestros vecinos rebajen el nivel de tensión y para terminar con la glorificación de los mártires».

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se reunió ayer con el presidente norteamericano, Barack Obama, en la Casa Blanca por primera vez en un año y tras el acuerdo nuclear, con dos temas sobre la mesa: Irán y el conflicto árabe-israelí. ¿Puede el anuncio sobre el congelamiento de los asentamientos en Jerusalén y Cisjordania enviar una señal clara de la voluntad del Gobierno israelí con el proceso de paz? Hotovely responde con gran escepticismo: «Israel ha intentado en numerosas ocasiones y con distintas aproximaciones invitar a los palestinos a la mesa de negociaciones. En 2005 realizó una desconexión unilateral de Gaza y los palestinos que viven en la Franja eligieron a un grupo terrorista. Los asentamientos no arreglan nada y no vamos a moverlos. Cuando Israel controla la tierra, ésta queda bajo valores y leyes democráticas; sin embargo, cuando nos retiramos surgen los movimientos radicales y el terrorismo se hace más fuerte. Éste es el sistema de balanzas en Oriente Medio».

Respecto a las últimas iniciativas tomadas desde organismos internacionales como la izada de la bandera palestina en la sede de Naciones Unidas, la resolución de la Unesco sobre el Monte del Templo de Jerusalén o el boicot de la Unión Europea a las empresas de las colonias, considera que no contribuyen a un clima de paz sino de crispación: «Estas vías no son válidas para asentar una coexistencia pacífica». La viceministra no cree, sin embargo, que Israel esté perdiendo la batalla de la diplomacia internacional a favor de la ANP. «Creo lo opuesto. En mi último viaje a Naciones Unidas pude asistir a más debates sobre los estragos del islam radical, el terrorismo y la organización del Estado Islámico. La cuestión palestina se está convirtiendo en un asunto minoritario comparado con los acontecimientos –guerra siria y avance del EI– que están desbordando la región», defiende. Israel incluye un tercer factor de incertidumbre en la zona: la emergencia de Irán como una potencia desestabilizadora. Hotovely cree que por ahora no hay margen para levantar las sanciones porque «el régimen iraní no ha dado ningún paso significativo. Actúa con el mismo patrón al financiar a organizaciones terroristas como Hamas e Hizbulá en la región y abolir los derechos humanos en el interior con las ejecuciones públicas». Insiste en que el día después del acuerdo, Israel ha optado por centrarse en la fortaleza del sistema de verificación del pacto y apela a la responsabilidad de los agentes para que se paralice el programa: «Estamos en unos meses cruciales pues se van a dar pasos definitivos para el futuro de la región».

En este tiempo decisivo está el devenir de la guerra siria. La viceministra no entra a valorar el rol que debe jugar Bachar al Asad en el post-conflicto pero recuerda que ha sido «enemigo tradicional de Israel» e insiste en que su preocupación está en «una implosión del país con la penetración del EI». La número dos de la diplomacía israelí recalca la importancia de la alianza con España en este contexto y recuerda que su país es una «isla democrática» en el convulso Oriente Medio.