Kiev
Ucrania se encamina hacia una guerra civil
l ¿Qué papel ha jugado la extrema derecha en la escalada de violencia en Ucrania?
–Es evidente que la extrema derecha ha sido uno de los actores, pero supone una minoría de extrema violencia dentro de la oposición. Es decir, que no es un grupo que se haya hecho más fuerte ahora. Antes del 18 de febrero ya cometieron actos violentos, ocuparon edificios y atacaron a personas, incluso llegaron a conductas siniestras como la glorificación del líder nacionalista Stepan Bandera y su Organización de Nacionalistas Ucranianos, que fue responsable de las matanzas de polacos y judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
l ¿Podría declararse el estado de emergencia y que el Ejército intervenga en la represión?
–Sinceramente, el resultado de esta decisión sería un derramamiento de sangre terrible. De todas formas, el Ejército ha dicho en varias ocasiones que no participaría en esto y Yanukovich aseguró que este tema no estaba sobre la mesa. Lo que es una incógnita es lo que el Ejército haría si el presidente lo declarase, porque lo más probable es que se resistieran a aceptar órdenes de disparar a los manifestantes.
l Yanukovich parece que habría aceptado convocar elecciones anticipadas. ¿Calmaría esta decisión los enfrentamientos?
–Pienso que para Yanukovich, el ataque a la Plaza de la Independencia en Kiev suponía para él lo mismo que para Julio César supuso el «cruce del Rubicón». Si esta estrategia le fallaba, ya no habría vuelta atrás. El ataque fue un punto de no retorno. Por esto, ni Yanukovich ni sus aliados tienen ya futuro en Ucrania.
l ¿Ha sido clave la presión internacional en la decisión del presidente?
–La respuesta internacional, en este caso de Estados Unidos y la Unión Europea, ha sido insuficiente a la vez que tardía. La incapacidad de Europa para elaborar un conjunto de medidas financieras convincente para Kiev en otoño, hizo más fácil a Yanukovich renunciar al acuerdo de asociación de la UE. Incluso, la incapacidad de los 28 para lanzar una respuesta contundente a la filtración del desafortunado comentario de la estadounidense Victoria Nuland (quien afirmó: «Qué se joda la UE) mostró cierta debilidad desde Europa. Por su parte, Estados Unidos está bastante satisfecho al haber dejado en el tejado de los europeos esta crisis, a pesar de las claras frustraciones que mantiene Washington con la UE.
*Director adjunto del Programa de Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington. Preguntas de Ángel Nieto.
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