Videos

Un cementerio de 2.000 muertos

La Organización Internacional para las Migraciones eleva la cifra de fallecidos en el mar Mediterráneo a más de 400 respecto a 2014. La mayoría de vidas se pierde en el Canal de Sicilia

Un inmigrante, tras ser rescatado a 32 kilómetros de la costa libia
Un inmigrante, tras ser rescatado a 32 kilómetros de la costa libialarazon

La Organización Internacional para las Migraciones eleva la cifra de fallecidos en el mar Mediterráneo a más de 400 respecto a 2014. La mayoría de vidas se pierde en el Canal de Sicilia

El Canal de Sicilia es la zona marítima más peligrosa del mundo para los migrantes. Si ya es bien conocido por la sociedad internacional que el Mediterráneo Central es una ruta decisiva y letal para quienes escapan del Sur del mundo; ahora hay nuevos datos de 2015 para confirmarlo. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) corrobora que, desde el pasado enero hasta ayer, más de 2.000 personas han muerto intentando llegar al Viejo Continente. Por estas mismas fechas, en 2014, habían perdido su vida 1.607 personas, llegando a las 3.729 el último día del pasado año.

Lo que más sorprende de estos cálculos es el porcentaje de muertos que tienen lugar concretamente en la ruta marítima que va de Libia a Italia. De los dos millares de personas que entregaron su vida al mar este año, 1.930 han sufrido este hecho precisamente en el Canal de Sicilia. Sin embargo, son 60 los fallecimientos acaecidos en los caminos marítimos de Turquía a Grecia y en otras rutas alternativas, terrestres, cuyo objetivo es el de atravesar las fronteras de Europa.

Flavio Di Giacomo, analista de la OIM en Roma, sede del área Mediterráneo de la organización asegura a LA RAZÓN que: «Estos 2.000 muertos, en su mayoría, han tenido lugar en los primeros 4 meses del año, 1.800 más concretamente. De mayo en adelante, han disminuido las víctimas, entre otras cosas por la puesta en marcha de la Operación Tritón de la Unión Europea, que ha ampliado los dispositivos y el área de intervención, llegando incluso hasta las aguas territoriales libias». «Esta ampliación ha sido tan determinante que, en tres meses, los muertos han sido sólo 200. Ciertamente dos millares son muchos, pero la Operación Tritón va en la buena dirección».

Entre los interesados analíticamente o de forma operativa en la cuestión migratoria en Italia, hay tres diferentes opiniones en relación a la Operación Tritón de la Agencia Frontex de la Unión Europea. La primera es que era mejor la Operación Mare Nostrum de las fuerzas armadas italianas, que arrancó en octubre de 2013, porque tenía un mandato claramente humanitario y no dependía de Bruselas.

La segunda, es que la Operación Tritón es suficiente porque, de otro modo, creando un evidente canal de salvamento humanitario, previsto y aceptado internacionalmente, se terminaría favoreciendo de forma indiscriminada la inmigración irregular y quienes se benefician de ella.

Y luego está la tercera postura, probablemente la más pragmática: para muchos Tritón es muy mejorable porque no hay un mandato humanitario tan indiscutible como en la operación anterior, en términos materiales; pero, de igual modo, el hecho mismo de que sea Italia quien coordine los rescates, y que haya una evidente cultura operativa propensa a la obligación de salvar la vida humana en el mar –algo obligatorio en la Convención Sobre Derecho Del Mar de 198 – ; permite pensar que, posiblemente, el statu quo actual sería el mar menor. Así pues, mientras los Estados miembros de la UE esperan a tomar decisiones contundentes, no se reducirían los esfuerzos por salvar la vida humana.

A lo largo de esta última semana, 20 personas han fallecido en lo que la Roma Antigua conocía como Mare Nostrum. Catorce de ellas fueron rescatadas en aguas internacionales por la armada irlandesa en coordinación con la Central Operativa de la Guardia Costera italiana, con sede en Roma. Por otra parte, en estos últimos siete días han sido aproximadamente 5.000 los migrantes rescatados bajo el salvamento o coordinación operativa de las fuerzas armadas itálicas.

«Es inaceptable que en el siglo XXI aquellas personas que sufren conflictos, persecuciones y degradación ambiental en sus países de origen, tengan además que padecer experiencias terribles en sus viajes hacia el Norte del mundo, muriendo incluso a las puertas de Europa», declara William Lacy Swing, el director general de la OIM.

Tratando la cuestión migratoria, hay muchos desafíos que afrontar. «Tenemos que plantear este argumento desde otra perspectiva», explica Flavio Di Giacomo. «Se habla en exceso de invasión cuando en Turquía hay dos millones de refugiados sirios y más de un millón en Líbano. Respecto a lo que ocurre en África o Asia, las llegadas de migrantes a Europa las podemos considerar incluso residuales: 200.000 personas para 500 millones de habitantes en el seno de la Unión Europea. Si la cuestión se afronta con cohesión internacional, las cifras son totalmente asumibles para los diferentes Estados miembros».

Es un error hablar de la cuestión migratoria como una emergencia simplemente porque se ha convertido, de una forma inevitable, en un factor estructural de la Unión Europea. Hablar, discutir, promover, evitar, proteger y solucionar, en cualquier caso, es algo de vivos.

La ruta más letal hacia Europa

- El canal de Sicilia, en la ruta que conecta Libia con Italia, ha sido el lugar en el que han muerto el mayor número de inmigrantes, 1.930, los cuales viajan en precarias embarcaciones.

- La costa griega es el segundo punto caliente del flujo migatorio. En esta zona han fallecido este año alrededor de 60 inmigrantes. El informe de OIM asegura además que a finales de verano la cifra de personas rescatadas en el Mediterráneo superará los 200.000.

Bruselas ofrece su ayuda a París y Londres

- La Comisión Europea desembolsará de forma urgente 20 millones de euros para ayudar a Francia en la gestión de la crisis migratoria del paso de Calais. Esta cifra se suma a los 27 ya concedidos a Reino Unido.

- La Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) también puede ayudar a Londres y París en la gestión de las solicitudes de asilo de los irregulares que se acinan en las proximidades del Eurotúnel.