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Un pulso de mujer a mujer en Chile

Un pulso de mujer a mujer en Chile
Un pulso de mujer a mujer en Chilelarazon

Chile celebra elecciones presidenciales el próximo domingo. El hecho es histórico para el mundo ya que, por primera vez, dos mujeres dirimirán el duelo: la socialista y ex presidenta Michelle Bachelet frente a la candidata de la derecha, Evelyn Matthei. Ambas son parte de la misma generación y, además, tienen vidas con puntos comunes y opuestos, ya que las dos son hijas de generales de la Fuerza Aérea chilena y ambas se formaron en la misma escuela.

La ruptura entre ellas se produjo con el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973, cuando el general Alberto Bachelet (padre de la candidata de izquierdas) fue encarcelado y murió por torturas, mientras que el general Fernando Matthei (padre de la candidata conservadora) estuvo a cargo de la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea, reconvertida en centro de detención, por donde pasó Bachelet. Ambas contendientes se respetan, aunque representan polos opuestos. La ex presidenta es la primera de una generación de líderes latinoamericanos que dejaron el poder con alta popularidad y que ahora pueden regresar. Según las encuestas, obtendría un 47% frente al 14% de Evelyn Matthei. El último sondeo telefónico indica también que el 59% demuestra poco interés en acudir a las urnas. La única duda es si Bachelet ganará o no en primera vuelta. Para evitar una segunda votación, la ganadora debe alcanzar el 50% de los sufragios.

La alta popularidad de Bachelet contrasta con la mala imagen de la Concertación. La coalición política que le sirvió de sostén durante su gobierno tiene tan solo un 17% de aprobación. Para desligarse del partido, ella ha escorado su discurso a la izquierda, planteando una ambiciosa reforma educativa y una nueva Constitución para reemplazar la vigente Carta Magna que rige desde la dictadura de Pinochet. También ha propuesto la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo y «un debate abierto» para avanzar hacia el «matrimonio igualitario». Con esas cartas, Bachelet quiere ser la primera ex en volver al juego. Sobre Matthei, el presidente Sebastián Piñera ha declarado lo siguiente: «Si usted me dice, ¿es una mujer calmada, tranquila, conciliadora? No. Pero si es una mujer con fuerza, con pasión, con inteligencia, que realmente empuja las cosas, sí». Apodada como «la dama de hierro chilena», tras casi 30 años de trayectoria se enfrenta a su reto más difícil: representar a la derecha cuando el partido atraviesa su peor crisis en 50 años. Incluso el proceso para elegir al candidato presidencial se convirtió en una auténtica pesadilla. Mientras Bachelet lleva en campaña desde marzo, los conservadores han visto desfilar a cuatro candidatos en cinco meses. Tras varios escándalos y una renuncia por depresión, en medio de unas primarias caóticas surgió la figura de Evelyn.

También Piñera mantuvo una relación de altibajos con Matthei, quien sufrió un golpe duro en 1992 a raíz del «Piñeragate», cuando se divulgó una grabación telefónica donde el hoy jefe de Estado aludía a una estrategia para erosionar la candidatura de Matthei. Sin embargo, la crisis finalizó cuando la ahora candidata llegó al gabinete en enero de 2011, transformándose en una de las más férreas defensoras del Gobierno. Desde esa posición, y haciendo gala de su firme carácter, el paso de Matthei por el Ministerio de Trabajo ha estado protagonizado por encendidas declaraciones y polémicas con la oposición, en especial con sus parlamentarios, a los que no dudó en calificar como «huevones» en medio del Congreso.

Podría decirse que Matthei llega a la recta final sola, rodeada de sus asesores pero sin el apoyo suficiente del partido. La izquierda la repudia, mientras que el electorado pide un cambio, tras un Gobierno que hizo medidas impopulares aunque necesarias. A Matthei sólo le queda una carta: aferrarse a sus principios, los de la derecha más clásica.