Venezuela
Un régimen cada vez más aislado
- Después de las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a funcionarios venezolanos, ¿quiénes son los aliados de Venezuela en el puzle geopolítico de la región?
–Unasur rechazó las sanciones, pero son hechos que no tienen mayor importancia. Unasur es un organismo que de alguna manera está financiado y patrocinado por el Gobierno venezolano. El pronunciamiento no debe sorprender a nadie ya que estaba perfectamente previsto que ocurriera, no creo que eso influya de manera importante en el ámbito internacional.
- Algunos países de la región no se han pronunciado. ¿Existen diferentes grados de adhesión al Gobierno de Maduro?
–Efectivamente, en primera línea tenemos al presidente boliviano, Evo Morales, y al de Nicaragua, Daniel Ortega. En un segundo plano, pero no menos importante, estaría el presidente de Ecuador, Rafael Correa. La presidenta Cristina Kirchner no está viviendo su mejor momento después de la muerte de Nisman, pero lo que hace es anteponer los intereses comerciales, que ahora mismo son de primera importancia para Argentina. Estados Unidos es un mercado muy atractivo y no tiene sentido tenerlo de enemigo si no estás involucrado directamente. Venezuela se ha preocupado en abonar las relaciones con el resto de países latinoamericanos, a los que vende petróleo a un precio mucho más barato. Maduro coquetea mucho con las pequeñas islas del Caribe, que se encuentran en la Organización de los Estados Americanos y en Naciones Unidas, pero con el único objetivo de conseguir votos a favor para su país. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha sido muy discreto y prudente con las relaciones hacia Venezuela, tratando de mantener en todo momento un tono de cordialidad y colaboración mutua. Pero fue uno de los pocos que no ha tenido ningún reparo en criticar la forma de gobernar de Maduro. Por su parte, Brasil tiene unos intereses importantes en Venezuela, ellos han ganado concesiones para continuar con la construcción del metro de Caracas y para otras obras publicas de gran calado económico; las empresas brasileñas están muy comprometidas con el Gobierno venezolano, y eso evidentemente hace que los Gobiernos tanto de Lula como de Dilma Rousseff tomen mucha cautela con Maduro. La relación amistosa y personal que existía entre Chávez y Lula no es la misma que mantienen Rousseff y Nicolás Maduro.
- ¿Es el petróleo la clave de las relaciones de Maduro en el ámbito internacional?
–Los países del continente necesitan el petróleo de Venezuela y lo seguirán comprando. Es relevante señalar que el mercado estadounidenses está manteniendo a Venezuela. El país que más acusa al Gobierno venezolano es uno de sus los principales clientes. Además, es uno de los pocos que pagan en efectivo y en el momento y no con el intercambio de productos básicos como pasa con República Dominicana y Uruguay, o con promesas de petróleo para un futuro como lo hace China. El Gobierno venezolano se ha esforzado en buscar nuevos mercados y dejar de depender tanto de Washington. Lo intentaron con China, pero los problemas de logística lo hacen prácticamente imposible. A pesar de todas las acusaciones e insultos de Maduro a Washington lo cierto es que la «revolución bolivariana» depende angustiosamente de los dólares que vienen desde Estados Unidos
- ¿Qué intereses hay detrás de los apoyos al Gobierno de Venezuela?
–Venezuela está financiando en buena medida con créditos y recursos materiales a los gobiernos que le apoyan. A su favor juega que muchos de los países latinoamericanos sientan especial resistencia a Estados Unidos, porque lo consideran el «imperio del mal». Esos apoyos son, sobre todo, de carácter verbal; no tienen efectos, y dudo mucho de que influyan en la percepción que están teniendo las sociedades de estos países sobre la represión y el ataque a los derechos humanos que los funcionarios venezolanos llevan a cabo constantemente. El jueves apareció muerto el ex oficial Rodolfo González acusado de conspiración, una muerte sobre la que el Gobierno venezolano tendría que dar explicaciones, pero no las da porque no hay un equilibrio de poderes, ni una democracia donde la oposición pueda exigir justicia. A Maduro se le ha ido olvidando que las personas que reprime representan en buena medida a las clases populares que en este momento son mayoría y que tienen una opinión y un peso que no está siendo considerado. La realidad es que el Gobierno poco a poco se está aislando, perdiendo apoyo popular. Las bases sobre las cuales se apoyaba el imperio de Chávez se están derrumbando con Maduro, un presidente cuya popularidad está cayendo y que se muestra incapaz de unificar al país.
*Periodista venezolano y columnista de «El Universal». Preguntas de Taylin Aroche.
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