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El terrorista de Niza «cambió y se radicalizó muy rápidamente»

Bouhlel estuvo bajo tratamiento psicológico durante años en Túnez, según ha revelado su hermana

En el atentado de Niza fallecieron 86 personas
En el atentado de Niza fallecieron 86 personaslarazon

El autor del atentado, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, estuvo bajo tratamiento psicológico durante años antes incluso de abandonar Túnez para establecerse definitivamente enFrancia, según anunció ayer su hermana Rabeb Bouhlel.

El autor del atentado, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, estuvo bajo tratamiento psicológico durante años antes incluso de abandonar Túnez para establecerse definitivamente enFrancia, según anunció ayer su hermana Rabeb Bouhlel. «Mi hermano tenía problemas psicológicos. Hemos entregado a la Policía documentación que demuestra que llevaba varios años viendo a psicólogos», apuntó la hermana en declaraciones a la agencia Reuters. Una información que viene a corroborar los testimonios de vecinos y conocidos, que lo definen como un mal musulmán con problemas con el alcohol y que maltrataba a su mujer.

También ayer el Gobierno francés confirmó que el autor de la masacre no estaba fichado como un radical por la Policía francesa ni tampoco por la de Túnez. Bouhlel era simplemente un hombre violento, aunque como dijo el fiscal François Molins antes de conocerse la reivindicación del Estado Islámico, el atentado que había cometido correspondía «a las llamadas de las organizaciones terroristas», y de esas llamadas pasó al acto utilizando un camión y así provocar el mayor número de víctimas. Los investigadores deberán establecer ahora si Bouhlel estableció contactos con Daesh, como indica el comunicado de ayer, o si fue un acto por iniciativa propia.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, sin embargo ya indicó ayer que el individuo se había «radicalizado muy rápidamente», según los primeros elementos de las investigaciones, y que Francia se enfrenta a «un nuevo tipo» de atentado que presenta una gran dificultad para la lucha antiterrorista.

Los vecinos de Bouhlel lo habían descrito como un hombre poco religioso, que bebía, frecuentaba mujeres y hacía musculación. Pero los interrogados en las investigaciones, cuyos contactos aparecían en las últimas comunicaciones que mantuvo el autor del atentado (uno de ellos unas horas antes del ataque, afirmaron durante su detención que Bouhlel había adoptado recientemente un comportamiento radical y virulento, y había llegado a hablar del grupo islamista Daesh, algo que nunca había hecho con anterioridad. Ésta sería la explicación de que el autor de «ese crimen abyecto» no fuera conocido por los servicios de información, «porque en ningún momento se había distinguido por su actividad o adhesión a una ideología islamista radical», aseguró Bernard Cazaneuve, para quien esto hace que Francia se enfrente «a un nuevo tipo de atentado ». No sólo por la rapidez de la radicalización, sino también «por la nueva forma de cometer su crimen odioso, sin hacer uso de armas pesadas, aunque poseyera una pistolade mano, ni explosivos».

Según France Presse, que cita una fuente próxima a la investigación, el terrorista «estaba en relación con personas que a su vez estaban en contacto con islamistas radicales», aunque la investigación no ha permitido de momento probarlo ni saber si dispuso de cómplices.

El ministro del Interior subrayó varias veces ante los periodistas la «gran dificultad» que presenta ahora la lucha antiterrorista porque se enfrenta «a individuos sensibles a los mensajes de Daesh» que llevan a cabo acciones de una extrema violencia «sin haber participado necesariamente en combates, sin haber sido entrenados y sin disponer de armas destinadas a cometer atentados de masas».

En esta ocasión, un solo hombre con un carácter violento y un simple camión frigorífico bastaron para acabar con la vida de al menos 84 personas, de las que 16 todavía no han podido ser identificadas. Ayer, seguían hospitalizadas 121 víctimas de las 303 que habían sido atendidas por los servicios sanitarios tras el ataque del jueves.