Una derrota anunciada

¿Obtendrá Maduro más de siete millones de votos hoy?

–Ni por asomo. No, al menos, si el proceso se desarrolla sin trampas. Está claro, de acuerdo con los resultados de las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, que el chavismo dejó de ser mayoría y ahora, año y medio después, con el deterioro galopante de la calidad de vida y el incremento explosivo de la represión, el capital electoral que le permitió a Chávez ganar 19 elecciones se ha reducido al mínimo. Ausente el caudillo que arrastraba multitudes y desprovisto de los recursos del petróleo, por la bajada del precio del barril, la tortilla se ha volteado y el presidente Maduro convoca una consulta ante un país que arde por los cuatro costados tras tres meses de protesta permanente sostenida con tal firmeza que ni el asesinato de más de un centenar de jóvenes ha logrado refrenarla. En esas condiciones, llamar a una Asamblea Constituyente, no sólo resulta anticonstitucional, sino extemporáneo y alejado del anhelo mayoritario de la población, que exige elecciones generales como primer paso para reiniciar el proceso de reconstrucción de un país sumido en la ruina material e institucional. Hoy, el chavismo vivirá una derrota marcada por unas cifras inéditas de abstención y ausentismo a las urnas.

¿Cómo ha evolucionado la huelga desde el primer día hasta la fecha?

–Nicolás Maduro ha sido claro y ha amenazado con el uso de las armas de no lograr sus objetivos con los votos. Frente a eso, el país, desarmado, ha permanecido determinado a impedir la oficialización del totalitarismo a un costo de más de un centenar de jóvenes venezolanos muertos por los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y los «colectivos», unos grupos paramilitares armados por Maduro para sembrar el terror entre los manifestantes.