Política

Teherán

Una economía al borde del colapso

Efectos de las sanciones en la república islámica

La Razón
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Aunque Irán alardeó hace unos meses de un impulso económico gracias a sus reservas de hidrocarburos que, según el Ministerio de Petróleo iraní, los nuevos yacimientos están valorados en 1,8 billones de dólares, la realidad es que el país de los ayatolás está sumido en una grave crisis económica derivada de las sanciones impuestas por EE UU, la UE y la ONU desde la década de los ochenta para evitar el desarrollo del arma nuclear iraní. Los ingresos que produjo la industria del petróleo en la década de los 60 y 70 permitieron un rápido crecimiento de la economía, que cayó rápidamente tras la revolución islámica. Con el cambio de régimen en 1979, el flujo de inversiones extranjeras y el emprendimiento industrial se redujeron drásticamente. Antes del castigo económico impuesto a Irán, Teherán exportaba 2,2 millones de barriles por día. Ahora no suman más de 700. A pesar de ser el cuarto mayor productor mundial de petróleo y el segundo de la OPEP, Irán ha reducido sus exportaciones en un 50%, ya que tiene que hacer frente al veto de las importaciones de crudo impuesto por la UE. Según el último informe del Centro de Estadísticas del Gobierno iraní, la inflación ha aumentado por encima del 30% en Irán a causa del impacto de las sanciones. En el periodo comprendido entre el 20 de marzo de 2012 y el 20 de marzo de 2013 la inflación ha alcanzado el 31,5%. A finales de diciembre, la inflación era de 27,4%, según informes oficiales, y de 26,4% en marzo de 2012. Durante la mayor parte de la última década, la inflación de Irán se ha mantenido por encima de los dos dígitos. A finales de 2010, cuando el Gobierno recortó los subsidios de alimentos y combustibles, la inflación comenzó a aumentar fuertemente y, desde entonces, las sanciones impuestas por su programa nuclear han devaluado su moneda e incrementado la presión sobre los precios.