Política

Crisis política en Italia

Una lucha de gregarios, no de líderes

La Razón
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l ¿Cuáles son las diferencias entre el PDL y Forza Italia?

–Ambas representan las exitosas ideas de Berlusconi. Forza Italia le permitió ganar las elecciones al principio de su carrera política. El PDL se abrió para la derecha y los moderados. El retorno a Forza Italia, en la mente del ex primer ministro, significa volver a empezar desde el principio. Es un hombre hecho a sí mismo y esta acción es coherente con su experiencia personal. Desafortunadamente para él, Italia no es el mismo país que en los 90.

l ¿Es un problema para el Gobierno? ¿Puede «Il Cavaliere» dañar o destruir la actual coalición?

–Hay más de una fuerza que puede tirar abajo la actual coalición, como Renzi en el Partido Democrático. No creo que Berlusconi pueda conseguir los números para abrir una crisis, pues 57 miembros del Parlamento están siguiendo a Alfano y probablemente en los próximos días otros se unan a las nuevas filas. Otro hecho a tener en cuenta es el papel del presidente Napolitano, quien es favorable a mantener la continuidad del Gobierno de Letta. El Parlamento no puede abrir una crisis, pero técnicamente es el presidente quien decide las posibles soluciones para evitarlo, e imagino que volverá a pedirle a Letta que sea él quien lo gestione.

l ¿Por qué Alfano ha abandonado finalmente a Berlusconi? Parecían en un momento dado Medvedev y Putin.

–Para nada. Esto no es una lucha entre líderes, sino entre gregarios: quién juega como segundón. La batalla es entre Alfano (el traidor) y Fitto (el leal). La sucesión de Berlusconi ha sido problemática desde el principio por dos razones: ha gestionado el partido como si fuera una de sus empresas y ha sido el único líder capaz de mantener un alto consenso entre los votantes, y cuando (como ocurrió en las locales) no está directamente involucrado, el PDL siempre sufre una falta de votos. Es difícil imaginar que Alfano y sus colegas logren oportunidades reales de permanecer en las fuerzas gubernamentales si se produjeran nuevas elecciones.

l¿Qué piensa la sociedad italiana de el ex primer ministro? ¿No están cansados de sus maniobras?

–La mayoría de observadores asegura que la «era Berlusconi» (20 años) está llegando a su fin. No sólo es un problema de la decadencia del Parlamento, también de su imagen personal y sus actividades, que han derivado en que su continuidad sea irreal. El problema no es que la gente esté cansada, el problema es que la gente está marcada por la crisis económica y no tiene tiempo para seguir las experiencias y los cotilleos de uno de los empresarios más ricos de Europa. Italia pide soluciones que el Gobierno de Letta no puede ofrecer por la falta de poder en los asuntos domésticos y en la UE. Por eso, probablemente el final de Berlusconi y el del Gobierno ocurran a la vez. Quizá no sea tan malo e Italia realmente «empiece de nuevo», no a partir de los viejos eslóganes, sino de nuevas ideas que saquen al país de la crisis y la demagogia.

*Profesor de la Universidad Luiss de Roma. Preguntas elaboradas por E. S. Sieteiglesias