Navidad
Una Navidad copta con poco que celebrar
Los cristianos de Egipto tienen poco que celebrar en esta Navidad, después de un año en el que sus peores pesadillas se han hecho realidad: un hermano musulmán fue elegido presidente en junio y el grupo islamista gobierna de forma cada vez más despótica y arrogante. Lejos quedan los sueños de igualdad y unidad entre la mayoría musulmana y la minoría cristiana -cerca del 10% de la población- que surgieron después de la revolución del 2011, y casi no queda esperanza en un futuro mejor.
"No sé qué será de nosotros, estamos en las manos de Dios", dice preocupada Odette, una anciana cristiana que ha colocado algunos adornos navideños en su casa de Zamalek, uno de los pocos barrios de El Cairo donde se puede notar que es Navidad. "Hicimos la revolución todos juntos, pero ahora ellos (los Hermanos Musulmanes) quieren acaparar todo", asegura Odette, dando voz a los temores de muchos egipcios, no sólo cristianos, que ven como los islamistas están monopolizando el poder, ignorando el resto de sensibilidades e ideologías.
La Navidad copta, que se celebra el 7 de enero de acuerdo con el calendario ortodoxo, llega poco después de la aprobación de la nueva Constitución egipcia, en la que no se reconocen específicamente los derechos de las minorías religiosas, ni se prohíbe la discriminación en función de la fe. Los representantes de la Iglesia copta se retiraron de la asamblea constituyente que redactó el texto -al igual que los demás grupos y partidos excepto los islamistas- y los fieles lo rechazaron en el referéndum constitucional, en medio de denuncias de que se les estaba impidiendo votar en algunas zonas del país.
"No hay esperanza en absoluto", asegura Nabil, un profesor de inglés y economía de mediana edad, que sueña con emigrar algún día, porque cree que en Egipto la situación no hará sino empeorar, desde el punto de vista político y económico. Ni siquiera confía en su Iglesia, porque cree que no puede hacer nada frente al Gobierno de los hermanos musulmanes: "el nuevo Papa no tiene experiencia y está asustado", explica Nabil. Tauadrus II fue designado Papa en octubre y desde entonces ha guardado un perfil muy bajo, tratando de mantenerse al margen de las disputas políticas y de no crear más fricciones con los islamistas. En su mensaje de Navidad pidió "alegría y felicidad"para todos los egipcios, y destacó su papel espiritual, al margen de la política.
El año pasado, cuando todavía no estaban en el poder, los Hermanos Musulmanes ofrecieron su protección a los cristianos, después de que en ocasiones anteriores se hubieran registrado ataques contra iglesias en las fechas más señaladas para los coptos: el 31 de diciembre y el 6 de enero, cuando se celebran misas nocturnas. Este año, la Hermandad no ha hecho ningún gesto simbólico más allá de unas formales felicitaciones navideñas, que a los coptos suenan a hipocresía y traición después de las tensiones de los últimos meses. La desconfianza hacia los islamistas en el poder es cada vez mayor y eso hace temer que lo peor está todavía por llegar bajo su Gobierno.
Desde incluso antes de las fechas navideñas, los cristianos han estado rezando por el bien y la unidad de Egipto, y dicen que eso es lo único que pueden hacer. Debido también a la violencia y la última crisis política que tuvo lugar entre noviembre y diciembre, la mayor parte de los actos festivos han sido suspendidos o limitados, y este año la Navidad es más íntima y ortodoxa que nunca.
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