España expulsa al embajador tras la afrenta de Maduro

La medida del Consejo de Ministros sólo se toma ante crisis graves ocasionesante.

El Consejo de Ministros acordó ayer declarar «persona non grata» al que era el embajador de Venezuela en España, Mario Isea, y responder así con la misma moneda al Gobierno de Nicolás Maduro. Isea está en Venezuela porque fue llamado a consultas por su Gobierno el pasado miércoles, pero ahora ya no podrá regresar a España porque la declaración de «persona non grata» implica su expulsión. Esta medida diplomática es excepcional y se ejecuta en contadas ocasiones y sólo ante crisis políticas de grave trascendencia. El origen de la crisis está en los últimos ataques de Maduro contra España y contra Mariano Rajoy. En una entrevista en Onda Cero, Rajoy respondió a esos ataques sin elevar el tono ni entrar en la escalada del insulto de Maduro, pero sí avalando la política de sanciones impulsada por la UE. La excusa para el régimen bolivariano, en su estrategia de alimentar la teoría del enemigo exterior, para expulsar al embajador español en Caracas, Jesús Silva. La UE ha acordado sanciones que impiden entrar en territorio comunitario a siete dirigentes chavistas, entre ellos el dos», Diosdado Cabello. Las autoridades venezolanas culpan a España de promover esta política en respuesta a la situación política, económica y social en la que se encuentra Venezuela. Ante la escalada de tensión, la UE se ha colocado del lado de España. La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, sostuvo que la UE condena con firmeza la decisión de las autoridades venezolanas de expulsar al embajador español en Caracas y expresa su plena solidaridad con España. La decisión de actuar en reciprocidad la anunció ayer el ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, después de que el Consejo de Ministros estudiara un informe del ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, con varias alternativas para actuar frente a la medida tomada por el Gobierno venezolano.

Méndez de Vigo justificó la decisión en la necesidad de responder de manera proporcional a la «medida de calado» adoptada por el régimen de Maduro. No obstante, explicó que España desea mantener unas relaciones con Venezuela basadas en la amistad y la cooperación, pese a que su Gobierno haga difícil mantener ese clima. De esta manera se cierra un capítulo más de una historia llena de tensiones diplomáticas, que desde el Gobierno de Maduro se alimentan además periódicamente porque es una coartada más para intentar distraer a la opinión pública del fracaso de su gestión. Pero la expulsión de los embajadores eleva a su máximo nivel la crisis diplomática con el chavismo.

Por otra parte, Cs exigió ayer firmeza democrática y que se actúe ante la crisis política que vive Venezuela. El líder de la formación naranja, Albert Rivera, no ha desaprovechado la ocasión para cargar contra el Gobierno español, al que reprocha que no haya hecho nada.