Israel
Yehuda Shaul: «La Ley no es igual para todos en Cisjordania»
Entrevista a Yehuda Shaul. Cofundador de Breaking The Silence
El terrible asesinato de un bebé palestino, quemado por unos colonos extremistas, no es un hecho aislado. Desde hace años, distintas organizaciones hebreas vienen denunciando la tensa situación del día a día en Cisjordania. Una de ellas es Breaking The Silence (Rompiendo el silencio, en inglés), ONG formada por veteranos del Ejército israelí. Uno de sus fundadores, Yehuda Shaul, estuvo en Hebrón durante 14 meses, primero como soldado y después como comandante. «La ley internacional señala que tenemos que proteger a los palestinos, pero nuestras órdenes son que estamos allí para proteger a los colonos. Si un colono ataca a un palestino... No es nuestro trabajo. Es un asunto de la Policía. Por lo que debemos avisar por radio a los agentes». Según explica Shaul, después la Policía no hace su trabajo porque no tienen respaldo político. «En Hebrón viven 850 colonos en el centro de una ciudad de 200.000 palestinos. Nunca vi a ningún policía entrar allí sin ser escoltado por las Fuerzas Armadas», asegura Shaul, para quien «en este sentido, todo está pervertido allí». El cofundador denuncia la intimidación y cómo se gesta la sensación de que se debe temer al Ejército israelí que está presente en Cisjordania. Siempre. «Es una ocupación física y mental». Otra de las claves de lo que ocurre es la «discriminación». «También en el sistema judicial. Muchas veces, palestinos y colonos viven en el mismo edificio, en la misma calle... Pero no viven bajo el mismo sistema legal. Son dos bien distintos: si un palestino y un colono se tiran piedras y ambos son detenidos, el israelí habrá cometido una ofensa criminal y será juzgado en una corte civil en Israel. El palestino, habrá cometido una ofensa de seguridad, de terrorismo, y será juzgado en una corte militar en Cisjordania». En suma, «la ley no es igual para todos». Shaul estuvo en Madrid para presentar el libro que ha publicado su organización: «El libro negro de la ocupación» (El Viejo Topo). La obra contiene 145 testimonios de soldados y oficiales israelíes de su día a día en Cisjordania y Gaza. Los entrevistados narran órdenes o situaciones «normales» que dejan constancia del odio reinante. El testimonio número 125 tuvo lugar en Hebrón en 2003. «Estaba de guardia y un soldado de otro puesto llamó por la radio a un sanitario. Cuando llego, veo a una niña palestina de seis años con la cabeza partida por la mitad. (...) Un niño encantador que visitaba nuestro puesto decidió que no le gustaba que los palestinos pasaran por debajo de sus ventanas, así que cogió un ladrillo y se lo tiró a la cabeza. Los niños allí hacen lo que les viene en gana. Nadie hace nada por evitarlo. Más tarde, sus padres simplemente lo celebraron. Los padres alientan a sus hijos a portarse así. Hubo muchos casos como ése. Chicos judíos de 11, 12 años que les dan palizas a palestinos y sus padres acuden a ayudarlos, azuzan a los perros para que los ataquen. Hay una y mil historias», concluye.
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