Venezuela
Hugo Chávez
Dice Beppo Grillo, el «sorpasso» político italiano, que los partidos y las ideologías son historia.
Dice Beppo Grillo, el «sorpasso» político italiano, que los partidos y las ideologías son historia. Quizá, pero cuando izquierdas, centros y derechas, y sus combinaciones, hayan perecido quedará el peronismo, tal y como las sobrevivientes de un holocausto nuclear serán las cucarachas. A Hugo Chávez, que se ha dado a sí mismo tan mala muerte, le falló, como a Perón, su diseño económico clientelar. El mayor reproche que cabe hacerle es que estando sentado sobre el petróleo de Maracaibo deja una Venezuela postrada. Su socialismo del siglo XXI consistió en dádivas a los desposeídos, paramédicos cubanos itinerantes y gobernanza rencorosa contra la clase media. Evita Duarte también regalaba dentaduras postizas usadas a los menesterosos que hacían cola ante su despacho. EE UU es el primer cliente de su crudo de baja calidad que precisa doble refino pero no usó el dinero para crear infraestructuras sino para erigir demagogias a escala subcontinental. Nunca fue más que un «milico» y Venezuela, su cuartel. No le interesaban ni la libertad ni la ciencia económica. Personaje notorio pero prescindible ha sido él, el payaso, y no el bueno de Grillo. Un halago funeral para el difunto: el socialista corrompido y corruptor Carlos Andrés Pérez fue aún más nefasto.
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