Historia

Atenas

Mata-Hari en España

Fueron los países en guerra los que eligieron la Península para librar una guerra de espionaje, sabotaje y propaganda

Mata-Hari en España
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Fueron los países en guerra los que eligieron la Península para librar una guerra de espionaje, sabotaje y propaganda

Entre las espías alemanas destacó «Fräulein Dok-tor», cuyo verdadero nombre era Elisabeth Schragmüller. En 1913 fue captada para el Abteilung IIIB. Después de trabajar en el servicio de censura, y tras unas primeras actividades de espionaje en Atenas, pasó a impartir cursos en una escuela de entrenamiento para agentes de Baden-Baden. Gracias a su reputación de excelente organizadora, entre el 1 de enero de 1915 y septiembre de 1916 dirigió la Sección F (Francia) del Abteilung IIIB de Amberes, una antena del Geheimer Narchrichtendienst (servicio de información general) que proporcionaba información sobre los ejércitos aliados. Allí controló entre otras a Clara Bendix, agente en Grecia e Irlanda antes de ir a España en 1916-1917 para seguir los pasos de Marghe Richer, cuyos informes sobre los errores de Von Krohn acabaron con su retorno precipitado a Berlín tras la maniobra de «seducción» de uno de los miembros del gabinete de Alfonso XIII.

Una de las alumnas menos aventajadas de «Fräulein Doktor» fue Margaretha MacLeod Zelle, «Mata-Hari». Esta bailarina de origen holandés fue captada por el servicio secreto alemán en otoño de 1915. Estudió quince semanas en la academia de espionaje instalada en Amberes, donde fue transformada en la agente «H-21». Hizo un primer viaje a París desde fines de diciembre de 1915 al 24 de enero de 1916. El 10 de febrero, el Bureau «S», encargado de hacer el seguimiento de personas sospechosas, la fichó como un posible agente enemigo a punto de llegar a España. En efecto, cuando los ingleses le negaron el visado en mayo de 1916, Mata-Hari viajó a Barcelona, donde trabó íntima amistad con el senador de la Unión Federal Nacionalista Republicana Emilio Junoy y con el diplomático francés Jules Cambon. Tras una nueva y breve estancia formativa en Fráncfort, el 24 de mayo se embarcó en el «Zeelandia» para Vigo, y llegó a Madrid a finales de mes. Se hospedó durante dos semanas en el hotel Ritz mientras presentaba su famoso y sugerente espectáculo de danzas exóticas javanesas. Muy pronto despertó las sospechas del Intelligence Service, que avisó al 2e. Bureau de sus actividades. Las imágenes exóticas que suscitaba eran consideradas desagradables e incluso peligrosas. Desde el 7 de mayo de 1915, el capitán Pierre Bouchardon, magistrado del Tercer Consejo de Guerra, destinó al comisario Paul-Ferdinand Collart en misión temporal a España para la vigilancia de personas sospechosas, entre las cuales se encontraba la danzarina. Parece que Mata-Hari, que estaba en Madrid el 12 de junio, se puso en contacto con el agregado militar Von Kalle, quien le habló de una operación en el protectorado francés en Marruecos que era conocida por los servicios galos de información: el alijo de armas para el rebelde el-Hiba en el Ouad Drâa realizado por el capitán Proebster, que quedó frustrado a fines de 1916. Tras ser detenida en la frontera, pudo cruzarla gracias a una carta dirigida a su amigo Jules Cambon, secretario general del Quai d'Orsay y antiguo embajador en España, que enseñó al policía de la estación de Hendaya. (...) Informado por el servicio secreto británico que Mata-Hari era una espía cuyo código cifrado era el «AF-44» de la célula de espionaje de Amberes, Ladoux se entrevistó con ella los días 7, 8 y 11 de agosto en la sede de la SCR, ubicada en el 82 de Boulevard Saint-Germain. Fue entonces cuando le ofreció trabajar como agente doble en los Países Bajos. Ladoux le dio los nombres de seis agentes residentes en Bélgica a los que debía visitar. De ellos, cinco eran sospechosos para el 2e. Bureau por la nula fiabilidad de sus informaciones, y el otro era sin duda un agente doble. Quince días después de su marcha, este último personaje fue fusilado por los alemanes, mientras que los otros cinco no fueron molestados. Ello supuso la confirmación definitiva de la actuación proalemana de Mata-Hari. Tras permanecer unos días en Vittel con su amante, Mata-Hari volvió a París y tomó el tren para Madrid el 5 de noviembre, con el propósito de zarpar desde Vigo camino de Holanda.

El 9 de noviembre visó su pasaporte en el puerto gallego antes de embarcar en el «Hollandia» hacia su país natal, pero fue arrestada por Scotland Yard en Falmouth debido a su parecido físico con la agente alemana Clara Bendix, que actuaba como mensajera entre el consulado general de Barcelona y Hamburgo. En Londres sufrió tres interrogatorios muy estrictos de Basil Thomson, jefe de la Special Branch de Scotland Yard, los días 15, 16 y 18 de noviembre, momento en que fue liberada tras sugerir que estaba cumpliendo una misión para la inteligencia francesa. Convencido de que estaba trabajando para los alemanes, Thomson la mandó de vuelta a España con la recomendación paternal de que abandonase de una vez sus torpes actividades de espionaje. (...) De vuelta a Madrid, el 9 de diciembre se instaló en el hotel Ritz bajo estrecha vigilancia del SR francés y el Intelligence Service británico. Nada más llegar visitó la casa del mayor Von Kalle, al día siguiente se presentó al agregado militar francés, y el 12 mantuvo una entrevista con el agregado militar alemán en su despacho del Paseo de la Castellana. Parece que entonces inició un romance con Von Kalle, quien le entregó una serie de informaciones falsas que ella remitió a Ladoux a través del coronel Denvignes: advirtió que los alemanes conocían el código francés, pero también dio la noticia, perfectamente cierta, de que un submarino alemán enviaría a oficiales turcos y alemanes a Marruecos para preparar un levantamiento.

(...) La noticia de la detención de la danzarina y espía frustrada tuvo cierto eco en España. En los cafés corrió el rumor, totalmente infundado, de que fue la cupletista Raquel Meller quien la había denunciado, celosa por la aventura que había tenido con su marido, el escritor Enrique Gómez Carillo, que dejó escrito un poco fiable recuerdo de la espía. Quien realmente se interesó por su suerte fue el senador Junoy, según consta en un telegrama que transmitó el ministro de Estado Quiñones de León el 3 de septiembre. Polo de Bernabé transmitió a su ministro que la Prensa alemana aseguraba que Mata-Hari había sido víctima de la enfermedad patológica de la «espionitis», que campaba por sus respetos en París. En un ambiente de crisis por la difícil situación militar y política, Mata-Hari cumplió el eficaz pero poco honroso papel de chivo expiatorio de cara a la opinión pública francesa.

Ficha

-Título del libro: «Nidos de espías. España, Francia y la Primera Guerra Mundial».

-Autores: Eduardo González Calleja y Paul Aubert.

-Edita: Alianza Editorial.

-Sinopsis: Aunque España fue neutral en la Primera Guerra Mundial, no estuvo del todo al margen: no quiso hacer la guerra, pero «la guerra se metió en casa».