Belleza
Alaska y Mario, amor por los retoques
Hay personas que no necesitan apellido y hay parejas que tampoco. Es el caso de Olvido Gara, Alaska, y de su marido, Mario Vaquerizo. Pareja simpática donde las haya y también muy peculiar. Tienen una estética gótica tan característica que en seguida te das cuenta de lo poco que les gusta el sol, por lo que usan protección total de 50SPF, como la de la firma francesa Hei Poa, www.weloveheipoa.com
Mario come poco y Alaska tiene tendencia a engordar; él es muy alto y ella es como un frasco de esencias, una miniatura; pero los dos coinciden en su desmesurado amor por los retoques estéticos y por el doctor Enrique Monereo. Gracias a él, Mario luce un rostro de treinteañero de pómulos bien marcados. Dice que se opera para que se le note y afirma que la cirugía estética le ha salvado la vida, ya que tenía muchos complejos: «También me hice las bolsas y la papada. Hay quien se conforma con su aspecto, pero yo no».
Además, son fans de los tratamientos estéticos. Alaska acude desde antes de casarse al centro de Carmen Navarro en Madrid y ahora va con su marido. A él le gustan los faciales para hidratar y reafirmar. Ella prefiere los corporales, porque retiene líquidos. El LPG y las vendas frías, con el método secreto de masaje de Carmen Navarro, son sus aliados.
En Alaska destaca que no tiene cejas, por eso le recomendaría utilizar el sérum para cejas y pestañas Flash, una auténtica maravilla. En un mes tendría ya pelitos y no haría falta que se las pintara. www.esflash.es. Ambosa lucen el mismo tono de cabello, negro, un color muy gótico. Para aportarle brillo utilizan las mascarillas de pigmentos puros de La Mota; para el cuidado diario, los de My Organics.
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