Hasta la vista, Michelle

Michelle Obama es una de las mujeres que más me ha impresionado cara a cara en mi vida. Sorprende en las distancias cortas no sólo por su altura, 1,80 cm, sino por su saber estar. La ya ex primera dama ofrece siempre en público una imagen muy positiva. Sabe lucir su impecable y eterna sonrisa, que cuida con los dentífricos ecológicos de la firma LeBon, (www.jcapotecari.com) y protege sus extensiones de pestañas, de un largo infinito, aplicándoles diariamente Flash serum, un producto americano de venta ya en nuestro país (www.esflash.es). El resultado es una mirada intensa.

El secreto de su rostro, firme y sin un ápice de descolgamiento, es el Biotulin® Supreme Skin Gel, un botox orgánico no inyectable que le recomendó la duquesa de Cambridge y que también utiliza la Reina Letizia (www.biotulin.com).

Es una mujer esbelta, de complexión fuerte, que sabe sacarse partido al vestir, dejando al descubierto sus esculpidos brazos gracias a la práctica de boxeo.

Gracias a su estilista Johnny Wrigt su cabello luce sano . Sus mejores aliados son los tratamientos a base de queratina y ácido hialurónico, que protegen el cabello y le proporcionan una hidratación y elasticidad óptima.

Es una firme defensora de la alimentación saludable, de hecho, plantó su propio huerto en la Casa Blanca, un ejemplo que imitaron muchas embajadas. A sus perros Bo y Sunny los cuida también de manera ecológica y los lava con el champú solidario «My Pet Soap» de Ami Iyök (www.ami-iyok.com)

Su adiós marca el final de una era en la que ha roto moldes y que será difícil de olvidar.