Historia

Sevilla

Espíritu libre

La Razón
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Hemos perdido a la Duquesa de Alba. Nos deja un gran vacío porque era importante en la vida social española. Fue una buena embajadora de Sevilla, Andalucía y España. En nuestra ciudad es una institución respetada. La vida le permitió siempre desarrollar su libertad. Era un espíritu libre. Tenía criterio para todo: opinaba sobre economía, empleo, impuestos y las decisiones de los gobiernos. En ella permanecían inalterables dos constantes: la defensa a ultranza de la Monarquía como sistema de Estado y la inquietud sobre los enfrentamientos civiles entre los españoles. Tenía personalidad hasta decir basta. Siempre moderna, anticipándose al futuro. Amaba a los animales, sin que ello le impidiera ser una gran admiradora de los toros, donde veía arte y cultura. Con ella se disfrutaba en la conversación. Tenía un gran sentido del humor que alcanzaba a sus comportamientos y actitudes. Teniéndolo todo, hizo mucho. No se conformó y tradujo al siglo XXI el legado de la Casa de Alba. Destaco su empeño en la reconstrucción del Palacio de Liria tras la Guerra Civil, su labor de mecenas y su compromiso social. La generosidad era otro rasgo de su carácter. Practicaba la mejor acepción del concepto de educación, que era para ella sinónimo de respeto. Eso sí, ese respeto lo exigía para sí, para su figura y para la Casa a la que representaba. En los últimos años vivió con amargura intromisiones a la intimidad y al derecho al honor. Hay mujeres que trascienden al tiempo que les toca vivir, y ése es el caso de Cayetana. Promotora de la cultura; española sin complejos, supo compaginar la responsabilidad del legado histórico con la normalidad de ser Cayetana. Tan indomable pareció siempre la libertad de su espíritu que ni tan siquiera era imaginable que algún día pasara de vivir con nosotros a hacerlo en la intemporalidad de los mitos. De los mitos, además, sevillanos. Su vida fue tan normal, dentro de lo extraordinario, que nunca la petulancia hizo mella en su faceta pública como depositaria de las distinciones que conlleva la jefatura de la Casa de Alba. Descansa en paz un espíritu libre.