«La Gioconda», testigo del amor de Beyoncé y Jay-Z

La pareja vuelve a usar «su arte como una sesión de terapia ante los problemas conyugales», esta vez para un álbum conjunto grabado en el Louvre-

Este 2018 celebran diez años de casados y, pese a que la infelidelidad de él en 2014 a punto estuvo de destruir el matrimonio, Beyoncé y Jay-Z han sorprendido al mundo con el anuncio de un álbum completo conjunto. Todavía inmersos en su gira On the Run II, la noche del sábado lanzaron a través del servicio de música en «streaming» Tidal el disco «Everything is love», con nueve canciones, y el vídeo musical «Apeshit» (excrementos de monos) en el que la pareja se cuela en el Louvre y a través de los cuadros hacen una alegoría de su amor. El vídeo, de una estética y calidad impecables, ya se cataloga unas horas después de su estreno como de los mejores de los últimos tiempos.

A lo largo del videoclip (que dura 6:05 min) Beyoncé y Jay-Z posan junto a varios cuadros con los que lanzan mensajes sobre su situación personal y vital. En los primeros compases posan ante «La Gioconda» –mujer alegre–; luego aparecen junto a «La consagración de Napoleón», de Jacques-Louis David –ellos mismos se coronan emperadores del mundo de la música–; la «Venus de Milo», símbolo de la belleza y el amor; la «Victoria alada de Samotracia», en referencia a cómo superaron su crisis matrimonial, y, como viene siendo habitual en los trabajos de Beyoncé, alusiones a la cultura negra a través de «Retrato de una negra», un cuadro pintado en 1800 por Marie-Guillemine Benoist, o la estatua de Ramsés II.

La pareja hace del Louvre, pues, su templo del amor, y del nuevo disco, el primero conjunto por completo, una oda a la fortaleza del amor, una constante en la música de ambos, que siempre han reconocido que usan su «arte como una sesión de terapia ante los problemas conyugales». Así, Beyoncé hacía un repaso en «Lemonade» de la amalgama de sentimientos que causa el profundo dolor de una infelidad y Jay-Z imploraba en «4:44» el perdón de su esposa canción tras canción. Ahora, sin embargo, en «Everything is love» todo es felicidad.