Chabelita rechaza ver a su madre biológica

La joven viajó esta semana junto a Isabel Pantoja a Perú, donde disfrutó de una noche de baile con el torero Antonio Pavón.

Era la primera vez que Chabelita coincidía en el mismo lugar con sus dos madres: la biológica, la peruana Roxana Luque, y la adoptiva, la andaluza Isabel Pantoja. La tonadillera hizo lo imposible, y lo consiguió, para que no se produjera el morboso reencuentro entre su hija y Roxana en el concierto que dio en Lima. La «Pantoja niña» no tuvo la menor intención de cruzarse con la madre que le trajo al mundo y, según nos cuenta una persona del séquito de noventa y tantos integrantes que acompaña en esta gira americana a Isabel, «Chabelita aprovechó el viaje para conceder una jugosa exclusiva a una revista y tenía una “escandalosa” oferta para posar al lado de Roxana, pero la descartó inmediatamente. No quiere verla ni en pintura. Como tampoco desea encontrarse con su padre biológico, al que cierta agencia llevó al concierto. Al final, ni ella ni sus progenitores coincidieron. Chabelita se encontraba en primera fila, mientras que sus padres se sentaron en los asientos de atrás, cada uno por su lado porque tampoco mantienen relación. Nos hemos enterado de que la oferta citada rondaba los 60.000 euros».

Frustrado encuentro

Ante la negativa, se baraja la posibilidad de traer de nuevo a España a Roxana para que cuente en «Sálvame Deluxe» cómo se sintió al verse rechazada por su hija. La peruana ha comentado que no quería organizar ningún escándalo, sino darle un abrazo a su hija biológica, que le gusta mucho como canta Pantoja y que estaba en el concierto invadida por la emoción. Pero en el entorno de Isabelita pensaban de otra forma y por eso se unieron a Isabel madre en su intención de bloquear ese encuentro. Finalmente, se vio a Luque abandonar el recinto con cara de pena. Los que propiciaron la idea de un acercamiento pincharon en hueso porque en ningún momento existió la más mínima posibilidad de que madre e hija cruzaran palabra.

Días antes hubo un fuerte desencuentro entre las dos Isabeles porque la artista acogió con un gran enfado el que su hija hubiera concedido la exclusiva a la revista «Lecturas», una publicación que intentó hasta el final que en la entrevista hablaran ambas, a lo que mamá Pantoja se negó rotundamente. Parece ser que en la sonada bronca familiar también intervino Agustín Pantoja, el hermanísimo, que aprovecha cualquier motivo para demostrar a su sobrina la animadversión que siente hacia ella. La relación es bastante mala desde hace años y ni la intervención de la artista ha conseguido limar asperezas entre su hermano y su hija: «Con mi tío, hola y adiós», dijo ayer Chabelita a su llegada al aeropuerto de Madrid.

En su estancia en la capital peruana la hija de la tonadillera ha recorrido algunas zonas de la ciudad, ha ido de tiendas y se la ha fotografiado al lado de un torero español afincado en Lima, Antonio Pavón, de 35 años, un hombre que levantó la polémica hace unos meses cuando dejó entrever que había tenido una aventura con Miriam Saavedra, la actual novia del presentador Carlos Lozano. Antonio y Chabelita estuvieron bailando en una discoteca hasta altas horas de la madrugada y se les vio en actitud muy cariñosa en el «cuerpo a cuerpo» mientras disfrutaban de los ritmos salseros. Pavón afirma que conoce a la familia Pantoja «desde hace años y nos une una buena amistad», lo que no impide que se hayan disparado los rumores de que existe con Isabel hija una amistad muy especial. Otro diestro en el clan Pantoja, después de aquel mediático matrimonio de la tonadillera con Paquirri.

Suspira por maluma

Algunas personas aseguran que Antonio y la hispanoperuana han congeniado muy bien, mientras que otras manifiestan que en la discoteca tuvieron un cierto flirteo, pero que la cosa no pasó a mayores. También se ha comentado que por quien suspira realmente Chabelita es por Maluma, al que conoció personalmente hace apenas unos días en Chile gracias a la intermediación de su madre. La veinteañera no oculta que el cantante colombiano es de su agrado y se dice que también del de Pantoja, que no vería con malos ojos una relación sentimental que le convirtiera en su yerno, algo improbable porque el artista latino lo que siente es una gran admiración por la madre y un cierto desinterés por la hija.

En el despacho de abogados encabezado por Cyntia Ruiz, que lleva los asuntos legales de Isabel y su hija, ya tienen sobre la mesa solicitar en México el divorcio de Chabelita y el santanderino Alejandro Albalá. Se casaron en secreto en la localidad azteca de Cancún y nos enteramos de la boda por lo civil gracias a la traición de alguien –los Pantoja fijan sus ojos en Albalá– que vendió las imágenes de la ceremonia a una revista. A él le ocurrió lo mismo que a Alberto Isla, padre del nieto de la tonadillera, que cayeron en desgracia en Cantora y en el corazón de Isabelita y están «guardados en el baúl de los recuerdos».

Una antigua amistad de Chabelita nos desvela que «esta chica no sabe estar sola. Tiene muy claro que no vivirá de nuevo con su madre, está buscando casa en Madrid para residir allí con su hijo, seguramente con la niñera Dulce y con ese futuro amor, si es que llega. Isabel está harta de que su hija siempre elija novios sin oficio ni beneficio, pero los designios del corazón son a veces una sinrazón para el cerebro.

Según nos cuentan, Chabelita no tardará en darnos una sorpresa profesional que nadie espera. Todo se lleva en secreto y, casi con toda seguridad, se hará público mediante una nueva exclusiva en su revista de cabecera.