Artistas
Códigos contra la melancolía
Estaba sentada en el salón de mi casa de Marbella completamente abstraída en la contemplación de la maravillosa montaña que nos abraza a todos los marbellíes, ofreciéndonos su suave clima y llenándonos de su energía, cuando recibo un mensaje del periódico para que entregue mi crónica a las cuatro... a las cuatro? ¡Pero si tengo un almuerzo con un ex que hace dos años que no veo y está como un cencerro! Imposible anularlo, así que me encomiendo a las musas para que me otorguen el don de la inspiración.
Con esto de los puentes nada más empezar el mes casi no me he dado cuenta que estamos en diciembre y es el momento en el que empiezan a despertar cientos de emociones mientras miramos hacia arriba esperando a que nieve. No sé si será por las luces, los adornos navideños, el turrón, los villancicos y celebraciones en familia o con amigos pero lo que sí sé es que me gusta la Navidad y tengo emociones y sentimientos que deseo transformar en regalos con los que no siempre es fácil acertar, pero lo que no suelen fallar son unas entradas para un buen musical o un concierto en el Teatro Real, como el que tendremos de la Filarmónica de Viena dirigida por Gustavo Dudamel el 13 de enero de 2018. Otra de las cosas que no puede faltarnos es un décimo de lotería en el bolsillo, lleno de ilusiones y ganas de compartir. Primero jugamos el de Navidad, toque o no toque o quizá con la pedrea nos lanzamos a la de El Niño. Lo que mucha gente no sabe es que el origen de la lotería vino de la mano de una mujer muy altruista y generosa, la duquesa de Santoña, en 1870, con una curiosa rifa cuyos beneficios después de repartir los premios pasaban a sufragar los gastos de un hospital infantil muy querido por todos los madrileños. Hoy se conoce como Hospital del Niño Jesús, sede de la Fundación Aladina, donde ésta fantástica obra hace que la vida de los niños con cáncer y su sufrimiento sea mucho más llevadero creándoles un ambiente de alegría y juegos que les haga olvidar su enfermedad. Su primera donación fueron 26.000 pesetas que era una barbaridad para la época, pero no resultándole suficiente ideó lo que vendría a llamarse Lotería Nacional del Niño. En estas fechas tampoco podemos olvidar, especialmente si nos toca recibir en casa, un decálogo que debemos tener en cuenta para triunfar: Lo primero organizar y convocar con tiempo a los invitados. Lo elegante es mandar invitación con un tarjetón, pero si no tiene envíe un whatsapp y confirme con una llamada personal. Hay también tres secretos que debe conocer un anfitrión: recibir con calidez , con sencillez y siempre con una gran sonrisa. Y para que no les pillen poniendo la mesa despeluchada tenerla preparada varias horas antes. También son importantes las flores y un pequeño regalo para cada uno de los invitados, empaquetado con papel de Navidad y colocados en su lugar de la mesa. Si la comida es abundante, no abusen del aperitivo y siempre que cocine uno mismo hágalo con recetas que borda para no correr riesgos. El champagne o cava estos días se convierte en una de las bebidas protagonistas. La temperatura es fundamental. Debe servirse a entre 7 y 9º C. No metan la botella en el congelador ya que altera el aroma y la efervescencia. El mantel también es fundamental para una bonita mesa. Son las fiestas más importantes del año para los cristianos, arriésguese con una fantástica puesta en escena, invente, mezcle platos, diviértase y rompa con los cánones establecidos. En Versalles la vajilla nunca era igual y en los postres los invitados esperaban el cambio de colores. Sigan su instinto y verán que bonita queda. Y por encima de todo nunca rendirnos a la melancolía que nos acecha en estos días. La tristeza surge cuando no asumimos las ausencias, y de eso yo sé mucho... casi diría que tenemos la obligación de ocultar nuestra tristeza por los demás. Así que manos a la obra y mucha positividad.
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