Diandra Douglas, encantada de que no se venda su casa

El actor lleva años intentando que le compren S’Estaca, la propiedad que su ex mujer aún disfruta.

En la finca Son Coll, en Port des Canonge, que tiene en el jardín un campo de polo, Ninon y Christian Völkers han dado el pistoletazo de salida al verano mallorquín. Su fiesta es como las amapolas en los campos y el barco Aifos en la Copa Mapfre del Rey. Desde las cuatro de la tarde y hasta más allá de las cinco de la madrugada, cerca de 800 invitados vestidos de blanco, entre los que se encontraba Simoneta Gómez-Acebo y Diandra Douglas, bajaban sin vértigo por el desfiladero que conduce hasta la finca para disfrutar de un campeonato privado de polo. El momento en el que llegas en el volquete de un tractor, customizado con telas mallorquinas, es impagable y muy chic. El torneo de polo, que dura dos días, sirve para recaudar fondos para la Engel & Völkers Charity, la ONG que fundó Ninon en 2008 para dar educación a los niños de Togo en África. Un lugar que ella conoce bien porque su madre, maestra, pasó años allí enseñando a los críos sin recursos.

Después del torneo de polo, en el que estaba previsto que jugase Diego Osorio, cosa que no ocurrió, comenzó la cena que también es temática. Este año tocó asado argentino. Con los postres aparecieron en el escenario el grupo americano Soul Kitchen. A Diego Osorio se le había invitado a asistir al campeonato de polo, para ello le costearon los billetes de avión para él y su novia, Jordan Hewson, hija de Bono de U2, y el resultado es que a ella no tuvieron el gusto de verla y Osorio fue un rato en bañador y con cuatro amigos a taquear el primer día y el segundo, que terminaba con fiesta, no apareció porque parece ser que se indispuso.

Así como Simoneta se hizo un Penélope Cruz, Diandra estuvo encantadora. Hasta habla en mallorquín, ya que estudió en Valldemosa y pasa sus vacaciones en su finca de 100 hectáreas, S´Estaca, en la Sierra de Tramuntana en Deia: «Estoy aquí con mis tres hijos pequeños, Imara, Hudson y Hawk, más cinco amiguitos de ellos». Diandra Luker llegó a un acuerdo con su ex marido, el actor Michael Douglas para conservar la casa y repartirse los meses de vacaciones. En estos días, le ha tocado a ella y mientras que se vende la propiedad, algo que llevan intentando desde hace años a través de Sothebys Realty, ella la disfruta: «Estoy feliz de que no se venda porque así la disfrutamos. Le hemos puesto ese precio porque es una finca especial, única».