Casas reales
Dinamarca: Y la Reina es Mary
La consorte acompañará esta noche al príncipe Federico en la cena de gala organizada por su 50 cumpleaños, un aniversario marcado por la cuestión sucesoria y en la que ella, la más valorada de la familia real por los daneses, eclipsará a su marido.
La consorte acompañará esta noche al príncipe Federico en la cena de gala organizada por su 50 cumpleaños, un aniversario marcado por la cuestión sucesoria y en la que ella, la más valorada de la familia real por los daneses, eclipsará a su marido.
Esta noche, Mary volverá a deslumbrar ante representantes de las casas reales europeas, que se desplazarán hasta el palacio de Christiansborg de Copenhague para celebrar el 50 cumpleaños de su marido, el príncipe Federico. Lo hará desde su habitual segundo plano, el mismo con el que ha demostrado con creces su valía para el futuro papel de reina consorte y con el que ha sabido ganarse a todo un país. La reina Margarita nunca imaginó que aquella abogada de 28 años que enamoró a su primogénito en los Juegos Olímpicos de Sídney de 2000 fuese hoy admirada por el pueblo de Dinamarca. Así lo reflejan las últimas encuestas, que confirman el que ya se llama «fenómeno Mary»: la princesa se gana el sobresaliente de los daneses, que la eligen como el miembro de la familia real que mejor les representa, superando de este modo a su marido y a su suegra.
La casa real, aunque concentrada en los fastos que ha organizado esta semana con motivo del medio siglo de vida del heredero, no puede obviar que el aniversario ha vuelto a poner sobre la mesa la futura sucesión. Una cuestión que implica, por una parte, reanudar el debate sobre la predisposición de Federico para tomar el testigo de su madre, y, por otra, el cada vez mayor protagonismo que su mujer cobra en la agenda oficial. «Formalmente recibirá el título de reina consorte, aunque en la práctica también ejercerá de “rey”», comentaba recientemente en el diario «Daily Mail» la periodista experta en monarquía Trine Villemann. No se aleja de la opinión generalizada en Dinamarca, donde encuentran en ella la ilusión, el carisma y la preparación que no caracteriza a su marido. «Mary ha venido asumiendo muchas funciones en palacio y, con ello, está ganando cada vez más poder», prosigue Villemann, con quien coincide el profesor Lars Hovbekke, que subraya al mismo medio que «es una princesa de su tiempo y mucho más cercana con la gente que Margarita».
En este sentido, han cobrado especial protagonismo algunos de los últimos actos a los que ha acudido en solitario. Lo hizo el mes pasado en los Premios Arco Iris de Dinamarca, donde se convirtió en el primer miembro de la familia real danesa en asistir y pronunciar un discurso en unos galardones del colectivo LGTB (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales). Se echó en falta la presencia de Federico, al igual que en enero en Estrasburgo, donde Mary se reunió en representación de su país con el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, con quien despachó sobre la defensa de los derechos humanos.
Pero la ausencia más sonada fue la de hace un mes en el 78 cumpleaños de Margarita, que, no obstante, sí estuvo acompañada por su nuera y sus cuatro nietos, quienes suplieron el vacío de Federico en los balcones del palacio de Amalienborg, una imagen que simbólicamente retrató el futuro escenario que se vaticina de la monarquía danesa. Esta semana se ha difundido que ese día prefirió viajar con tres amigos a Groenlandia para practicar heliesquí, una decisión censurada por varios expertos, no solo por los más de 10.000 euros que, según la prensa danesa, habría costado el viaje, sino también por una falta de protocolo y delicadeza: «El cumpleaños de la reina es de las pocas ocasiones en las que la familia real puede reunirse al completo; además, y lo que es aún más importante, era el evento que marcaba el fin del luto por la muerte del príncipe Enrique», afirma a la revista «Se og Hør» el especialista en casa real Søren Jakobsen, que ha tildado el gesto del príncipe de «egoísta».
«Vi mi vida apagarse»
Que Federico nunca se ha sentido cómodo con su papel de heredero es un secreto a voces. Mientras su esposa aumenta su agenda oficial en solitario, él, gran aficionado al «running», se refugia en el deporte. En la última biografía publicada con motivo de su cumpleaños, confiesa que le costó aceptar su destino. Y revela que la férrea disciplina con la que fue criado lo convirtió en una persona tímida e insegura, y cuenta cómo su hermano tenía que sujetarlo en el colegio para no enfrentarse a los niños cuando le llamaban «rey de Dinamarca». Un conflicto que se acentuó al cumplir 18 años, cuando empezó a asumir más responsabilidades como heredero: «Vi mi vida apagarse, de repente tuve que comportarme como un adulto, fue muy incómodo», admite en un documental emitido esta semana en la televisión danesa, en el que también participa su madre: «Nunca me senté con él para explicárselo, se lo hice ver poco a poco, quizá no fui muy precisa», reconoce Margarita, que en cierta manera ha tenido que vivir con la frustración de un heredero no del todo predispuesto para su papel. Tanto es así que, según prosigue Jakobsen, la reina habría encomendado a un «coach» las habilidades oratorias de su hijo como futuro monarca: «Necesita acostumbrarse a hablar en situaciones y contextos diferentes, así que después de su cumpleaños le espera un intenso programa de formación».
Capitulaciones matromoniales
En su esposa tendrá una buena maestra. Él mismo reconoce en el documental que fue a partir de su boda en 2004 cuando realmente se sintió preparado para empezar a asumir su responsabilidad como heredero. Margarita, sin embargo, se mostró en un principio escéptica con la relación y, dos años después del enlace, exigió a su hijo firmar unas capitulaciones matrimoniales que le fuesen favorables. Pero Mary ya se había ganado el corazón de los daneses, que la obligaron a claudicar ante una plebeya que parecía haber nacido para ser reina. De nada sirvió, como aseguran versiones extraoficiales, que maniobrase para que su hijo, considerado entonces el «playboy» de la realeza, le fuese infiel.
Mary siempre estuvo a la altura y, lejos de fomentar tensiones con su suegra, se entregó a la causa y demostró que podía ser la reina que Margarita siempre soñó para su país. De ahí que, como sostienen desde palacio, la soberana no tenga motivo alguno para obstaculizar hoy el perfil ascendente de su nuera en las labores de Estado: «No se le puede sacar defectos, tiene estilo y empatía, cumple su cometido de manera impecable y es buena madre», señala al diario noruego «BT» el historiador Sebastian Olden en referencia a los buenos resultados obtenidos por la consorte en las encuestas.
Varios medios, como las revistas «Tæt På» y «New Idea», citan a personas cercanas a la familia real para asegurar que Margarita tendría previsto abdicar en favor de su hijo este agosto. Sin embargo, expertos lo consideran improbable, ya que sería el primer monarca en la historia de Dinamarca que así lo hiciese. La especialista en monarquía Laura Dekkers añade: «Pertenece a la misma generación que Isabel de Inglaterra, así que morirá en el trono, aunque seguramente delegue responsabilidades en los príncipes». Parece que con Mary ya lo ha hecho.
Casi todos, menos los nuestros, los felicitarán
Margarita ha querido festejar por todo lo alto el 50 cumpleaños de su primogénito, que esta noche llegará en carruaje al palacio de Christiansborg, donde tendrá lugar una cena de gala en su honor y a la que acudirán miembros de varias casas reales. Han confirmado su asistencia los reyes de Suecia, el Gran Duque de Luxemburgo y su esposa, así como Haakon de Noruega, que acudirá junto a la princesa Mette-Marit. Asimismo, se espera a los monarcas de Holanda, muy buenos amigos de Federico y Mary de Dinamarca, y también representación de la familia real griega, ya que la reina Margarita es hermana de la reina Ana María de Grecia. Quienes no podrán asistir, por incompatibilidad de agenda, son los Reyes de España. Mañana, además, se celebrará el concierto «Toda Dinamarca celebra al príncipe heredero», que se retransmitirá en directo por la televisión pública desde el Royal Arena de Copenhague y en el que actuarán artistas daneses y al que acudirá toda la familia real danesa. Será el broche a una semana repleta de celebraciones.
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