Juan Echanove
El «caloret» en la boda de Juan Echanove
A las dos de la tarde de ayer jueves, Juan Echanove publicaba en su tuiter la foto que ilustra esta crónica y el siguiente texto; “Ahora sí que sí. Nos hemos casado hace una hora en Rocafort, Valencia”. Trece palabras han bastado para comunicar ellos mismos por las redes sociales la noticia de su boda. Cuchita Lluch, 49 años, con dos hijos y dos matrimonios en su haber y Juan Echanove, 54, con un matrimonio y un hijo, se han casado.
La Razón publicaba, hace un año, el inicio de esta relación y cómo se conocieron, la presidenta de la Academia de la Gastronomía Valenciana y el actor Juan Echanove. En unas jornadas gastronómicas de Madrid Fusión, un amigo les presentó y allí surgió el flechazo porque desde entonces no se han separado. Lo que la mesa ha unido, el caloret del Poniente valenciano no ha evitado. 44 grados marcaba el termómetro en el momento del enlace en la “más estricta intimidad” apenas doce personas les han acompañado, entre ellas el hijo de Juan Echánove, de su primer matrimonio.
Ya vivían juntos, en Madrid en la casa de él y en Valencia, en la casa de ella. Que se acabarían casando era una realidad que ellos tenían pensada para el mes de junio, pero que han adelantado por el trabajo de Echanove. Para Cuchi, aún siendo su tercer matrimonio, le hacía ilusión volver a casarse y Juan ha querido hacerle este regalo. La ceremonia civil ha sido al mediodía en Rocafort, que cuenta con una alcaldesa socialista. La razón de elegir este lugar, a unos ocho kilómetros de la ciudad, es porque la madre de Cuchi tiene una estupenda masía en esa localidad. Lamentablemente, ni su madre porque es muy mayor, ni sus dos hijos, Carlota estudia en Segovia y Vicente en el extranjero, han podido acompañar a la novia, que llevaba un vestido de su fondo de armario y pendientes Vicente Gracia, el joyero valenciano siempre afirma que Cuchi, tiene las mejores joyas.
Son una pareja que se adora y juntos están colocando la gastronomía española y en concreto la valenciana, en lo más alto. El actor está tan integrado en Valencia que hace la compra en el mercado de Colon y es el que decide lo que se come en casa, ella escoge el vino no le gusta cocinar. Cuchi es una mujer imprescindible en cualquier evento de la sociedad valenciana, de hecho tiene una agencia que los organiza y él es uno de los actores más respetados, entre los dos juntaban cientos de amigos. Conscientes de querer algo diferente, han decidido que esta boda sea reducida, íntima y especial, aunque el «caloret» derritiese hasta las flores silvestres del ramo de novia.
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