Papel
El pequeño refugio de la Bohéme
Por fin aquello de lo que les hablaba en mi anterior crónica acerca de las vacaciones que no llegaban nunca y mis ganas de colocarme en modo zen ha comenzado. Hace una hora que llegué a St.Tropez, a mi refugio de paz y encanto en pleno campo de La Provenza donde parece que el tiempo se ha parado. «Le Más De Chatelas» es una preciosa casona del siglo XVIII situada en un magnífico parque natural de tres hectáreas con numerosas especies de árboles mediterráneos como pinos, eucaliptos, mimosas, y por supuesto, lavandas, romero, laurel...
Este maravilloso lugar situado a 4 kilómetrpos de St. Tropez ha sido el refugio de numerosos intelectuales y artistas. Un lugar mítico donde se rodaron películas como «Je vous aime» con Catherine Deneuve y Gerard Depardieu. Aquí pasaban sus vacaciones Jane Birkin y Serge Gainsbourg, Alain Delon, Charlotte Rampling y muchísimos personajes que frecuentaban La Provenza y la Costa Azul. Es famoso también por las fantásticas fiestas que celebraba Brigitte Bardot en sus jardines, cita imprescindible para toda la gente de la moda y del espectáculo. Noches con la música de Jean Michel Jarre y Eddie Barclay, de la misma forma que eran célebres sus veladas literarias con los mejores autores de momento entre los que no podía faltar Françoise Sagan, habitual de este lugar.
Época dorada
Cuando me encuentro alojada aquí siempre tengo motivos para soñar con esa época dorada llena de encanto y una bohemia muy diferente a la de ahora, en la que abundan los nuevos ricos con barcos enormes y de un efecto demostrativo apabullante que nada tiene que ver con los barcos preciosos de tamaños más pequeños y la elegante «Lancha Riva» en la que aprendí a hacer esquí acuático. En estos momentos tener una de esa época es un objeto de colección deseadísimo por las personas de buen gusto. Mi querida amiga Bárbara Kalasnikoff me comentaba hace unos días las juergas que montaban en esos años en su barco «Babette», llamado así por que se lo compraron al director de «Babette se va a la guerra», Raúl Lévy, ¡que se suicidó en St. Tropez por amor frustrado! Yo creo que los amores actuales no son tan intensos y románticos, me parecen más de transición, sin esa mística que llega a no apreciar la vida si no es con la persona amada. Pero no quiero ponerme pesadita pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor (aunque en muchos aspectos lo pienso).
¡Y para el que el tiempo no pasa es para Elton John! Qué maravilla de concierto nos ofreció el lunes pasado en el Teatro Real. Está en plena forma con un virtuosismo en el piano que nos hizo levantarnos varias veces para aplaudir. Simpático y cercano, se notaba que estaba disfrutando en el precioso entorno. Hizo un recorrido por lo mejor de su repertorio. Con gran manejo del piano sonaron «Candle in the wind», «Bennie and the Jets» y «The Bich is the Back», con la que abrió el concierto que cerró con el fantástico y exuberante «Cocodrilo Rock», acompañado por todo el público haciéndole los coros.
Esta semana también ha ocurrido algo desconocido en mi vida y por lo tanto muy emocionante: fui invitada por la maravillosa ciudad de Villanueva de La Serena para inaugurar el encendido del Real de La Feria donde celebran sus fiestas de Santa Ana y Santiago. Me sentí querida y arropada por sus gentes, que no cesaron de hacerse fotos, besarme y abrazarme; estas muestras de cariño, aunque a veces resultan agotadoras, hacen que merezca la pena mi paso por los medios, especialmente la televisión, un aparato absolutamente letal que te convierte en la amiga que entra en sus casas sin avisar ni pedir permiso y que por ese motivo forma parte de sus afectos aunque supongo que en muchos casos también de sus fobias... Estos últimos días de julio en que España arde en fiestas quiero desearles que las disfruten y vivan con mucha alegría y se echen unos bailes y pasodobles que les hagan olvidar problemas y fríos del invierno. Yo me pintaré los morritos rojos y me iré a disfrutar de «St. Tropez by Night».
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