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Emanuele Filiberto: de personaje televisivo a aspirante «rey de Italia»
El heredero de la destronada familia de los Saboya ha vuelto a ser el centro mediático tras realizar unas polémicas declaraciones: «Italia deberá seguir el modelo de Trump».
El heredero de la destronada familia de los Saboya ha vuelto a ser el centro mediático tras realizar unas polémicas declaraciones: «Italia deberá seguir el modelo de Trump».
Emanuele Filiberto no se resigna a ser un ciudadano corriente y sigue pensando en hacer cumplir su sueño y ser rey de Italia. Se hace llamar «príncipe de Venecia», pese a que el título, como el de todo ex aristócrata italiano, no ha sido reconocido por las autoridades del país y se le ha despojado de su título de «alteza real». De hecho, ya ni los sectores monárquicos más importantes del país le consideran legítimo heredero al trono, como sí a su primo Amadeo de Aosta, que juró lealtad a la república para regresar en 2002 a Italia depués de su exilio a Suiza tras la Segunda Guerra Mundial.
Sus últimas declaraciones han levantado ampollas. «Si existiese el partido monárquico, sería la tercera formación más grande de Italia. Para nosotros es un triunfo». Y es que para él los presidentes de la républica ya han intervenido bastante en las decisiones de los ciudadanos y sugiere que los jefes de Estado deberían de ser imparciales. Por eso, se plantea fundar su propio partido monárquico. También expresó simpatías por la xenófoba Liga de Matteo Salvini y declaró: «Somos todos euroescépticos. No me parece que la Unión Europea funcione bien». De hecho, piensa que se debería seguir el modelo de Trump en Estados Unidos: «Los italianos primero».
Ésta no ha sido la primera vez que Filiberto ha sido el centro de las miradas por sus actuaciones. Lo fue también cuando intentó trasladar los restos de su bisabuelo, Víctor Emanuele III, al Panteón de Roma, donde residen los restos de diversos aristócratas de este país. Obtuvo el «no» del gobierno y acudió al Papa para lograr su objetivo, pero no le sirvió para conseguir lo que se proponía y solo fue el centro de más críticas.
El aristócrata, de 46 años, es un personaje habitual tanto de la televisión como de la prensa rosa en Italia. En 2009 participó y ganó la versión italiana del programa «¡Mira quién baila!». También ha intentado ser diseñador lanzando su propia línea de camisetas, llamada Prince Tess, a vendedor de alimentos en la calle en Los Ángeles. Además, fue investigado por Hacienda por no haber pagado 480.000 euros que debía haber ingresado.
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