Casa Real
Felipe no estudiará con fusil
El año internado en Sigüenza ha permitido al hijo de Doña Elena encauzar sus estudios. Este año empieza el curso en EE UU
El año internado en Sigüenza ha permitido al hijo de Doña Elena encauzar sus estudios. Este año empieza el curso en EE UU
Felipe Marichalar Borbón, a sus diecisiete años parece que ya está encauzado y escolarizado en Estados Unidos en un centro con disciplina militar. Después de haber repetido un curso en el colegio de El Pilar, igual que le sucedió a su madre, ya tiene la Educación Secundaria Obligatoria aprobada. Gracias al año cursado en el internado de Sigüenza aprobó 4º de la ESO.
Felipe, aun respetando el mundo militar porque lo ha vivido en primera persona, con su bisabuelo Don Juan, su abuelo Don Juan Carlos y su tío Felipe, no ha mostrado nunca inclinaciones militares, por tanto ese no ha sido el motivo para elegir un colegio de esas características en el que hacer sus dos años de bachillerato. Han sido las circunstancias, el crío no quería volver al internado de Guadalajara y lleva muy mal la presión mediática, lo que hacía inviable regresar a El Pilar.
Tampoco soporta que le llamen Froilán y que se jacten constantemente de su carácter «revoltoso». Está en una edad compleja. Él habría preferido quedarse en Madrid estudiando pero la Infanta estaba preocupada porque intuía que si el crío se quedaba en casa volvería a «despistarse». Doña Elena es la que se ocupa de la educación de sus hijos y de tomar las decisiones porque Jaime Marichalar lleva otro ritmo, agradece que le den los temas resueltos. Consultada la situación con el Rey emérito, no dudaron en comentarlo a los más cercanos que les dieron referencias de estas academias norteamericanas donde la disciplina es férrea y los críos no tienen distracciones añadidas que les dificulten terminan sus estudios. No es un West Point en el que Felipe vaya a estar todo el día con un fusil de asalto. No, el centro donde estudia el nieto mayor del rey Juan Carlos es un concepto diferente, estudia el equivalente a bachillerato pero con disciplina militar para avanzar con menos contemplaciones y distracciones en una edad en la que les gusta salir y tienen las hormonas revolucionadas. Orden es progreso y Felipe lo necesita. Él es un joven más de letras que de ciencias, que no tiene una afición muy marcada que permita vislumbrar su futuro profesional. Quizá lo más destacable es su inclinación por los deportes como el esquí o el baloncesto, una actividad que desde su puesto de alero no se le daba nada mal, pero no para dedicarse profesionalmente a ello, de ahí que completar los estudios sea una prioridad que la Infanta Elena tiene muy presente, que le preocupa y ocupa. Curiosamente, gustándole los deportes, Felipe no se involucra en la afición por la hípica de su madre y hermana, ambas excelentes amazonas de saltos. La razón es que desde pequeño le produce alergia algo que rodea a los caballos, será el pelo o serán los establos, pero no aguanta mucho en ese ambiente.
Aunque Jaime Marichalar puede llevar una vida holgada económicamente, gracias a sus ingresos como consejero de varias sociedades y que la infanta tiene su buen trabajo en una fundación adscrita a una compañía de seguros, no es de extrañar que el Rey don Juan Carlos se haga cargo económicamente de la escolaridad de su nieto mayor y cuarto en la línea de sucesión a la Corona española.
En EE UU está solo, viste de uniforme y es Felipe Marichalar Borbón, nada de Su Excelencia, de Excelentísimo Señor, que son gracias que le corresponderían por ser nieto de rey e hijo de infanta o de Caballero Divisero Hijodargo del Ilustre Solar de Tejada, distinción por parte de padre. A Felipe le gusta el cine en versión original, en su familia está acostumbrado a que su abuela Sofía le hable en ese idioma o a escuchar a sus tíos Cristina y Felipe hablar entre ellos y con su madre también en inglés.
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