Casas reales
Haakon de Noruega, preparado para suceder al rey Harald
El país celebra el 25 aniversario del reinado del rey Harald. Una cita que muchos consideran la antesala de un cambio generacional. El Príncipe heredero está preparado para hacer frente a sus responsabilidades reales y el pueblo lo espera
Tres de los cuatro monarcas europeos que aún se aferran a sus respectivas coronas se han dado cita este fin de semana en Oslo. El motivo: conmemorar el 25 aniversario en el trono de uno de ellos, el rey Harald de Noruega. Un jubileo que ha reabierto el debate sobre la continuidad de los actuales soberanos al frente de la casa real del país. Aunque en la mayor parte de las monarquías europeas se ha facilitado poco a poco la transición hacia las nuevas generaciones, aún conviven en Europa cuatro monarcas que son renuentes a dar este paso: Isabel de Inglaterra, Harald de Noruega, Margarita de Dinamarca y Carlos Gustavo de Suecia. A excepción de la reina Isabel II–poco dada a asistir a este tipo de celebraciones– los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y la reina Margarita de Dinamarca (acudirá en solitario puesto que su esposo se jubiló el pasado día 1) acompañarán a los soberanos noruegos en la celebración del Jubileo de Plata de su reinado. Una celebración para la que no hay previstos grandes fastos y que ha sido vista por los noruegos como una señal más de que la regeneración está cada día más cerca.
Abdicación temporal
«El heredero está sobradamente preparado para dar un paso al frente», explican expertos en este campo. Y es que ésta no será la primera ocasión en la que Haakon tiene que hacer frente a responsabilidades de mayor calado. El príncipe heredero, segundo hijo del matrimonio, ya ejerció de regente temporal poco tiempo después de casarse con Mette-Marit, demostrando ya su valía por aquel entonces al frente de las responsabilidades de la corona. El 8 de diciembre de 2003, el rey Harald fue operado de un cáncer de vejiga detectado apenas unos días antes tras un ingreso por una supuesta infección urinaria. Según informaron entonces los portavoces del equipo médico, la enfermedad aún se encontraba en fase primaria y el paciente se recuperaría en un periodo corto de tiempo. Aunque así fue, Harald tomó la complicada y firme decisión de abdicar temporalmente en su hijo, quien integró entre sus labores la de regente del reino de Noruega. La baja prevista por el equipo de médicos no sería inferior a tres meses, con un ingreso hospitalario de entre dos y tres semanas, debido a la delicadeza de la operación y al complicado estado de salud del monarca. Un factor más para tomar la decisión. Finalmente, pasado el tiempo de reposo aconsejado, el soberano noruego recuperó sus responsabilidades institucionales devolviendo a su hijo al segundo puesto que aún hoy ostenta a la espera de una abdicación definitiva.
El matrimonio formado por Haakon y Mette-Marit pasó la prueba con nota demostrando el gran trabajo de formación llevado a cabo por Harald con el objetivo de perpetuar la monarquía durante todas las generaciones que fuera posible.
De hecho, tras las abdicaciones de sus homólogos de Holanda, Bélgica y España, el pueblo noruego espera ansioso la llegada al trono de aire fresco de la mano del matrimonio heredero, cada día más popular gracias a la inclusión en la agenda oficial de la princesa Ingrid Alexandra, tercera en la línea de sucesión.
Noruega vivirá un fin de semana de fiesta para conmemorar los 25 años de reinado de los reyes Harald y Sonia. Sin embargo, la sobriedad de los actos, sin grandes fastos ni listas interminables de invitados «reales», ha llamado la atención tanto dentro como fuera de sus fronteras. España no enviará representación. Tampoco veremos a los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, ni a los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, ni a príncipes (herederos o no) de ninguna otra monarquía europea. Desde la casa real noruega han priorizado el protagonismo del núcleo de la familia real (los reyes y la familia del heredero) en lugar de poner el foco de atención en interminables besamanos. Durante estos días, los príncipes Haakon y Mette-Marit se situarán en primera línea, llegando a hacer de anfitriones de la primera gran cena de aniversario en su residencia habitual, el palacio de Skaugum. Con este acto comenzarán las actividades en las que participarán todas las delegaciones oficiales. Mañana continuará la celebración con una intensa agenda de actividades en la que destaca una liturgia en la capilla del Palacio Real, fuegos artificiales, un paseo en el yate real, un almuerzo privado y una cena de gala.
El día en que Sonia amenazó a Harald con el suicidio si se casaba con Sofía
La Reina Sofía ha confesado en más de una ocasión que el gran amor de su vida ha sido Don Juan Carlos. Una boda que salió de otra boda, la de los duques de Kent, primos lejanos de nuestra reina emérita. Algunos de los invitados a ese enlace relataron que el flechazo entre ellos fue inminente y que pasaron toda la velada hablando. Sin embargo, Doña Sofía estaba entonces enamorada de otro príncipe europeo, su primer amor, Harald de Noruega, con quien el destino no quiso que se casara pese a que llegaran a estar comprometidos.
Años antes de la boda de los duques de Kent, en 1959, la Prensa europea comenzó a extender los rumores de un intenso romance entre el por entonces príncipe Harald (no sería rey hasta casi medio siglo después) y Doña Sofía. Se conocieron a finales de ese año durante una visita oficial de los reyes de Grecia a los países nórdicos. Desde ese momento, ambas casas reales se pusieron a trabajar para que coincidieran en reuniones sociales y en regatas. De hecho, la reina Federica invitó al joven y casadero príncipe a pasar unos días en Grecia. Finalmente, llegaron a comprometerse y a hablar de una boda que uniría a las monarquías noruega y griega. El heredero se casaría con una princesa de primer nivel, como marcaba la tradición por aquel entonces.
«Yo sé que hubo mucho interés en casarnos», confesaba hace unos años la Reina a Pilar Urbano en Zarzuela. «Se provocaron encuentros, se hicieron cábalas... El resultado de ese emparejamiento forzado fue nulo». El matrimonio se canceló sin previo aviso. De hecho, varios expertos coinciden en que la familia real griega nunca llegó a conocer el porqué de este cambio de planes. Aunque el motivo más extendido entonces fue que la familia real noruega no dio el visto bueno a los cuatro millones quinientos mil dracmas que el Gobierno griego aprobó como dote, la verdad iba en otra dirección: Harald mantenía una relación en secreto con Sonia Haraldsen, la actual reina, quien irrumpió en las dependencias reales el día que trascendió el anuncio de boda con Sofía amenazando con suicidarse si la ceremonia se realizaba. Ambos cumplen ahora 25 años en el trono.
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