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Jennifer Aniston, «harta» de rumores sobre si está embarazada o no
La actriz no soporta el escrutinio constante sobre su físico al que la someten a diario los paparazzi
La actriz no soporta el escrutinio constante sobre su físico. "La cosificación al que sometemos a las mujeres es algo absurdo y perturbador al mismo tiempo.
Poco dada a confirmar o desmentir las especulaciones en torno a su vida privada, Jennifer Aniston ha querido asegurar ahora que no está esperando su primer hijo junto a su marido, Justin Theroux, tal y como se venía rumoreando en las últimas semanas, para denunciar de paso la situación de acoso que sufre por parte de los parazzi y el escrutinio mediático que debe soportar a diario.
"Permitidme empezar diciendo que hablar sobre rumores es algo que nunca he hecho. No me gusta alimentar la industria de las mentiras, pero sí quiero formar parte de una conversación que está ya en marcha y que necesita seguir adelante. Como no tengo presencia alguna en las redes sociales, he decidido compartir aquí mis pensamientos. Por cierto, no estoy embarazada. Lo que estoy es harta, harta del escrutinio y de los comentarios sobre mi cuerpo que afronto cada día, camuflado como supuesto 'periodismo', o como la Primera Enmienda o como 'noticias de celebridades'. Cada día, mi marido y yo somos acosados en la puerta de nuestra casa por una horda de fotógrafos agresivos que son capaces de llegar a extremos insospechados con tal de sacar una foto, aunque ello suponga ponernos en peligro nosotros o a los peatones que se encuentren cerca", denuncia la intérprete.
Sin embargo, lo que más preocupa a la estrella de Hollywood de esta cultura de los tabloides no es el hostigamiento que padece ella en concreto, sino la manera en la que se analiza y desmonta el físico de las mujeres sin que nadie se escandalice ya por ello.
"La cosificación y el escrutinio al que sometemos a las mujeres es algo absurdo y perturbador al mismo tiempo. La imagen mía que transmiten los medios no es más que un reflejo de cómo vemos y representamos a las mujeres en general, juzgándolas en función de un retorcido estándar de belleza. En ocasiones necesitamos analizar estos criterios culturales desde una nueva perspectiva para poder darnos cuenta de lo que suponen verdaderamente: una aceptación colectiva y subconsciente. Pero nosotros controlamos si queremos estar o no de acuerdo. Las niñas de todo el mundo están absorbiendo nuestra aceptación pasiva de estos cánones”.
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