Borja Thyssen se enfrenta a dos años de cárcel

La Fiscalía de Madrid pide dos años de cárcel con inhabilitación especial para el ejercicio del sufragio pasivo por el mismo tiempo para Borja Thyssen-Bornemisza por un delito contra la Hacienda Pública.

«L a Fiscalía de Madrid ha pedido dos años de cárcel para Alejandro Borja Thyssen-Bornemiza Cervera, hijo de Tita Cervera –baronesa de Thyssen– por un delito fiscal relacionado con no haber declarado al fisco 1,4 millones de euros en 2007, y ello a pesar de que durante dicho año residió más de 183 días en España». En el escrito del Ministerio Público, donde se solicita la apertura de un juicio oral contra Thyssen-Bornemiza, se relata que para evadir la tributación de ese dinero, «procedente de la venta de exclusivas y reportajes» a una revista del corazón (se trataría del «¡Hola!»), a la que cedió sus derechos de imagen, el hijo de Tita Cervera utilizó la sociedad GROSBRACH LLC., domiciliada en Las Vegas, Nevada, y otra cuenta radicada igualmente en el extranjero, pero de las que el acusado era titular del cien por cien.

Inverosímil

Junto a ello, la Fiscalía no da verosimilitud a la versión del hijo de la baronesa, quien aseguró a la Agencia Tributaria que durante 2007 residía en Andorra, que por entonces era un paraíso fiscal. La acusación pública rebate esa tesis con tres argumentos principales: en ese periodo, Thyssen tenía contratada su seguridad privada en España; la tarjeta de crédito que utilizaba era de una entidad española, «con la que realizó a lo largo de todo el año múltiples gastos que acreditan su presencia en territorio español», según el documento del Ministerio; y en tercer lugar, tenía una cuenta en el mismo banco que le había expedido la tarjeta y en la que se cargaban gastos ordinarios de gas, telefonía, etc.

Tomando en cuenta todos esos elementos, a Thyssen le debería haber correspondido ingresar en el fisco en 2007 un total de 592.557,72 euros. De esta forma, el fiscal sostiene que ha incurrido en un delito, por lo que reclama una pena de dos años de cárcel y la pérdida de la posibilidad de que durante cinco años pueda recibir subvenciones o ayudas públicas y/o incentivos fiscales de la Seguridad Social; y, además, exige que se abone la cantidad presunta defraudada más los intereses de demora correspondientes.

Si bien es cierto que el hijo de la baronesa pidió la residencia en el principado hace años, donde tiene una casa pared con pared con la de su madre en la urbanización Can Diumenge de Escaldes-Engordany, se le ha investigado con anterioridad por pasar en España más de 183 días cada año, lo establecido por la ley para ser considerado residente español. Por lo menos desde 2013, la Agencia Tributaria ha dudado de la veracidad de su residencia en Andorra, ya que ese mismo año le denunció por haber defraudado en los impuestos de la renta y patrimonio. El proceso se ha alargado desde entonces, pero, ahora sí, la Fiscalía ha presentado su escrito de acusación.

Actualmente Thyssen y su familia –su mujer, Blanca Cuesta, y sus cuatro hijos Sacha, Eric, Enzo y Kala– viven en Londres, a donde se trasladaron el pasado septiembre. En una reciente entrevista con este diario, Manuel Segura –el padre biológico de Borja– contó que la familia se encuentra muy a gusto en su ciudad adoptiva: «Se han adaptado muy bien, aunque aún están organizándose. Los niños se han acoplado bastante bien porque saben inglés, ellos iban en Madrid a un colegio americano, así que no tienen problemas de idiomas. Viven en una gran casa alquilada, que aún no conozco, pero que seguro que será preciosa porque ellos tienen muy buen gusto».

Los Thyssen residen en Kensington, uno de los barrios favoritos para los inversores extranjeros, y también de los más costosos de Londres. De hecho, aquí se encuentra la calle más cara de todo Reino Unido, Kensington Palace Gardens, donde el precio medio de las mansiones asciende a unos 40 millones de euros. Es, además, una zona llena de referentes culturales: desde el Victoria and Albert Museum, el Science Museum y el London’s Natural History Museum hasta el Royal Albert Hall. Para una familia con cuatro niños, sin duda la abundancia de espacios verdes –los emblemáticos Hyde Park y los jardines de Kensington–fue otra de las razones para elegir este barrio como lugar de residencia.