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La Torre de Babel de Mallorca es de propiedad china
Farah Diba y su corte en el exilio, Muhammad Ali, Julio Iglesias, Bon Jovi y el Príncipe Talal de Arabia Saudí, con su séquito de 40 personas, han sido algunos de los distinguidos huéspedes de GPRO Valparaíso,el reconocido hotel mallorquín, que acaba de cumplir sus primeros cuarenta años y que ahora cuenta con el récord de ser el primer y único hotel de propiedad y gestión china en España. El magnate que lo compró, Guo Jindong, se decidió por el complejo balear y no por el Villamagna o el Ritz de Madrid porque supo que su presidente actual, Xi Jinping, se había alojado allí cuando era vicepresidente. Los chinos son supersticiosos y mitómanos hasta para los negocios.
A pesar de distar 300 metros entre el GPRO Valparaíso y el palacio de Marivent y que sus instalaciones de spa y restauración son de las mejores de Mallorca, de la Familia Real tan sólo Don Juan Carlos lo ha pisado. Lo hizo para visitar al rey Hassan de Marruecos, cuando pasó unos días alojado en sus instalaciones de cinco estrellas. El dueño del GPRO Valparaíso, ha creado su fortuna de los derivados del petróleo y actualmente invierte en el mercado inmobiliario chino y español. A Jindong se le escapó por segundos el hotel Ritz de Madrid, «no estuvimos suficientemente atentos» –asegura Toni Ferrer, director del hotel– «pero queremos seguir invirtiendo en España y aprendiendo del modelo de éxito y liderazgo del sector hotelero balear». Y ese modelo turístico es tan reconocido mundialmente que la universidad de Baleares mantiene un convenio con una universidad china para facilitar las prácticas de estudiantes de hostelería chinos en el GPRO Valparaíso. «Al año acogemos a 12 estudiantes en prácticas en distintos períodos y eligen completar su formación en Baleares porque somos una potencia turística», afirma Ferrer.
La pregunta a Toni Ferrer es obligada: ¿por qué a los chinos les interesa Mallorca? «A las delegaciones chinas les gusta hacer una escala de descanso de un par de días en Mallorca en sus viajes comerciales entre América Latina y China antes de regresar a sus países». Estos probaron hacer esa parada de asueto en Canarias pero les iba mal porque les faltaban las infraestructuras que les ofrece Mallorca: alquileres de vehículos, privacidad, seguridad e instalaciones turísticas.
Futuro que es presente
Valentín Murgui es un empleado que guarda la memoria viva del GPRO Valparaíso. Lleva 39 años en el hotel en el que empezó ejerciendo de ayudante en recepción. A Murgui se le quedó grabada la llegada de Farah Diba con dos de sus hijas. «Me impresionó su belleza, era guapísima. La emperatriz no trató en ningún momento con el personal, ya que venía acompañada de unas quince personas que se encargaban de intermediar con el hotel. En total reservaron 15 habitaciones y ella llegó con más de 40 maletas que tuvimos que colocarlas en varias furgonetas y en todo el tiempo que se quedó, nunca nos habló a nadie del servicio».
Pero Murgui no duda que la visita más impresionante hasta la fecha ha sido la del actual presidente chino, Xi Jinping, en 2010 cuando reservó 110 habitaciones y las medidas de seguridad fueron extremas. Jinping se alojó cuando aún era vicepresidente de su país y el hotel era propiedad de la familia Ramis, dueños de Grupotel. Eso fue el hecho decisivo para que el magnate y actual dueño, Guo Jindong, se decidiera a comprar el Hotel Valparaíso en 2013.
Durante este 2015 también se ha recibido a otra delegación china, la del primer ministro, y tuvieron que cerrar el hotel durante tres días, no se trataba de una visita oficial pero en previsión de posibles manifestaciones relacionadas con la violación de derechos humanos en China la seguridad fue muy elevada y la comitiva decidió reservar todo el hotel. Ni siquiera con la estancia de Hassan II en 1982 en el Valparaíso se tomaron tantas medidas de seguridad. Hassan II visitó Palma de Mallorca en un viaje privado y aprovechó para cenar con Don Juan Carlos en un salón reservado. Según la memoria viva del Valparaíso, Valentí Murgui, «cuando Hassan II se enteró de que el personal de recepción no tenía una televisión para ver los partidos del Mundial de fútbol, nos regaló una en color que pusimos en el salón de empleados».
También ha sido un marco para el cine español. «Cuatro mujeres y un lío» y «Los energéticos» han sido películas en las que se reflejaba el hotel de hace unas décadas. No tiene nada que ver con la actual etapa dorada que vive el establecimiento desde que entró el capital chino y el mantra que siguen sus trabajadores: «Queremos hacer el mejor hotel de Mallorca».
Es un hotel relativamente céntrico, cerca del mar, sus instalaciones son enormes y está rodeado de un jardín típico mediterráneo en una zona muy tranquila y alta de la ciudad. Cuenta con 174 habitaciones y 120 empleados. En sus 40 años de historia ha ido transformándose. Incluso el primitivo lago navegable con barquitas es hoy la segunda piscina del jardín y también hubo tiendas de ropa y una discoteca. Actualmente ofrece en su carta una cocina tradicional mediterránea y particularmente mallorquina. Sin embargo en un futuro próximo abrirán un restaurante de cocina china que será una referencia en la isla.
Lo que se mantiene intacto son los servicios de categoría que un hotel así ofrece. Por ejemplo, facilitar a los clientes el alquiler de yates y coches de lujo. El primer ministro chino por ejemplo alquiló un barco durante su estancia en el Valparaíso. De lo que no se tiene constancia, al menos no me lo han querido contar, es si los asiáticos son aficionados a los spas, porque el del Valparaíso es el más grande de Mallorca con casi 3.000 metros cuadrados, un espacio termal muy diverso y un personal cualificado para facilitar curas y dietas detox de hasta tres días, combinando una alimentación personalizada y basada en la ayurveda, masajes y el uso del spa.
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