Manolo Santana: «Me gustaría reencontrarme con mis 5 hijos»

El ídolo celebrará hoy su 80 cumpleaños sólo con su mujer y unos amigos.

Él no lo sabe, pero hoy recibirá un homenaje muy especial. Su mujer, Claudia Rodríguez, con la que lleva cinco años de matrimonio y diez de relación sentimental, le ha preparado una fiesta para celebrar su 80 cumpleaños junto a un grupo de amigos íntimos de la pareja. Desgraciadamente, sus cinco hijos (tres nacidos de su matrimonio con su primera esposa, María Fernanda Dopeso, otra de su relación con la azafata Bárbara Oltra, y una más de su unión con Mila Ximénez) no estarán a su lado en una efeméride tan señalada. No tiene relación con ellos desde hace años, ni tan siquiera con Alba, la pequeña, que según ha contado su madre, Mila, intentó hablar con él cuando le operaron de una hernia inguinal en febrero «y no consiguió que le cogiera el teléfono».

Los otros cuatro son Manuel, con el que escribió sus memorias; Beatriz, actriz, y los muy anónimos Borja y Bárbara. Una persona cercana a la familia corrobora que «el trato con sus hijos o es a escondidas o no le vemos con ellos. Una lástima». Uno, Manolo, trabajó junto a su padre hasta que Claudia apareció en su vida. Hoy, es la colombiana quien lleva las riendas de los negocios del ex tenista y controla su vida personal.

«Me encantaría reencontrarme con mis hijos, pero es un tema muy delicado. Le pido que no hablemos más de ello», afirma a LA RAZÓN Santana, que quiere «un cumpleaños muy tranquilo». Tras recuperarse totalmente de la intervención quirúrgica, Manolo ha vuelto a hacer vida normal. Su médico le recomienda que esté activo y que pasee todos los días. Lo que sí que ha tenido que bajar es el ritmo, porque antes de pasar por el quirófano hacía una hora diaria de ejercicio y jugaba cuarenta minutos al tenis. «Soy un hombre muy activo, no sirvo para quedarme en casa sin hacer nada. De hecho, me veo más joven de los 80 que cumplo. Me siento afortunado por la vida que he tenido. Nunca hubo problemas con Claudia porque a su lado todo es felicidad», añade.

A finales de 2017 se llegó a rumorear que estaba muy mal de salud. La propia Mila Ximénez afirmó en «Sálvame» que «el padre de mi hija tiene una inmovilidad tremenda, no coordina bien sus movimientos y no recuerda las cosas de un día para otro», pero fue el mismo Santana quien demostró con sus actos y apariciones públicas que su estado no era tan alarmante. «Se han dicho muchas mentiras. No tengo problemas de memoria», asegura. También Claudia desmintió que su pareja «se encuentre mal». Ahora ratifica a nuestro diario que «mi marido está muy bien, se desenvuelve perfectamente. Tiene sus cinco sentidos en orden, sabe hablar estupendamente y hace una vida prácticamente normal».

Orígenes humildes

Aparte de que le gusta el buen comer, pero con moderación (su plato preferido es el atún regado con un buen vino de la Ribera del Duero), su mayor ilusión es preparar a chavales que quieren encontrar su futuro en el mundo del tenis. De origen humilde, su padre era electricista, formaba parte de una familia represaliada por el franquismo. Su padre estuvo preso durante diez años. Curiosamente, cuando ya era todo un ídolo tenístico en España, Franco le quiso conocer en persona y hasta construyó una pista de tenis en el palacio del Pardo para verle jugar en vivo y en directo. El primer día que hablaron, el jefe del Estado le confesó al deportista: «Quiero que sepa que en esta vida muchas veces pagan justos por pecadores», refiriéndose a sus padres.

Si no se hubiera cruzado el tenis en su vida, tiene claro que «habría sido electricista, como mi progenitor, pero empecé a trabajar como recogepelotas y me di cuenta de que quería ser tenista. Una familia muy importante, los Romero Girón, socios del club, se convirtieron en mis mecenas y me ayudaron a conseguir ese sueño deportivo».