Mario Vargas Llosa
Miss Preysler o la muerte de la cultura
Vargas Llosa escribe una carta a «The New York Times» para protestar por un artículo publicado que aseguraba que el peruano cobró la exclusiva de su relación con Preysler
Vargas Llosa escribe una carta a «The New York Times» para protestar por un artículo publicado que aseguraba que el peruano cobró la exclusiva de su relación con Preysler
La destructiva crítica literaria que Joshua Cohen, escritor americano, publicó hace tres días en el diario «The New York Times» sobre «Notes on the Death of Culture», el último libro de Mario Vargas Llosa, ha puesto en guardia al escritor peruano. Con la lengua bien afilada por una retahíla de adjetivos que tachan la información de «calumniosa» y «pérfida», Vargas Llosa escribió una carta a la publicación norteamericana en la que defendía sin tapujos su honor y desmentía, como aseguró Cohen en su artículo, que hubiera cobrado por la exclusiva de la revista «¡Hola!» en la que se descubría el romance entre el nobel de literatura e Isabel Preysler.
«Nunca he vendido una foto o una historia ni a la revista «¡Hola!» ni a ninguna otra en relación a una relación sentimental o a cualquier asunto personal», asegura Vargas Llosa, para a continuación sacar los colores al periódico: «Estoy asombrado de que este tipo de cotilleos tengan un hueco en una sección tan respetable como “Book Review”».
Además de cerrar su crítica con este dato, Cohen utiliza la ruptura con la que fue la mujer del autor de «La fiesta del chivo» durante 50 años, Patricia, como argumento para resaltar las contradicciones del autor: «Al fin y al cabo, el ser un escritor latinoamericano famoso implica que los paparazzi te persigan por tus debilidades». La suya, viene a decir el escritor judío, es «la “socialité” española de origen filipino, modelo y antaño reina de la belleza conocida como “La Perla de Manila”», según describe a Isabel Preysler. «Mi titular favorito:“La madre de Enrique Iglesias rompe el matrimonio del Nobel Mario Vargas Llosa”», escribe Cohen en tono irónico.
El revuelo lo ha causado el último fragmento del texto del crítico al haber navegado por el terreno minado de la vida privada del personaje, aunque durante el resto del texto, de forma inmisericorde, Cohen detalla lo que en su opinión son las importantes contradicciones vitales del escritor peruano: desde el terreno personal al hablar de la supuesta exclusiva hasta el plano ideológico o la lógica que sigue Vargas Llosa a la hora de analizar la democratización de la cultura y sus efectos perniciosos. Para empezar, destaca que Vargas Llosa critica el periodismo, al que tacha de amarillista, cuando los orígenes de «Notes on the Death of Culture» está en el conjunto de artículos que él mismo escribió para «El País». Además, recuerda su juventud socialista y su aventura política fallida en 1990 al presentarse como candidato a la presidencia de Perú como candidato pro estadounidense.
«Protestar contra la muerte de la cultura es protestar contra la tuya propia. Es desplazar la mortalidad. Vargas Llosa cumplirá 80 el próximo año. No disfruto dando puntapiés a un hombre que ya está en el suelo. Prefiero leer sus primero libros y recordar a su personaje Zavalota cuando expresava su rabia», relata un frío Cohen. No queda del todo claro si Vargas Llosa estaría en el suelo a consecuencia de la sacudida que le da en su crítica o porque considera que es un escritor en el ocaso de su creación literaria.
Literatura fácil y «light»
Vargas Llosa expone en «Notes on the Death of Culture» que la humanidad sufre la decadencia de la cultura: las obras literarias son «fáciles», «lights», con el único objeto de entretener.
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