Marbella

Solidaridad y lujo marbellí en la gala Starlite

Antonio Banderas reúne una vez más a personajes nacionales e internacionales en su evento en Marbella que organiza a beneficio de la Fundación Lágrimas y Favores y Niños en Alegría

Antonio Banderas y Nicole Kimpel a su llegada a la gala que organiza el actor
Antonio Banderas y Nicole Kimpel a su llegada a la gala que organiza el actorlarazon

Antonio Banderas reúne una vez más a personajes nacionales e internacionales en su evento en Marbella que organiza a beneficio de la Fundación Lágrimas y Favores y Niños en Alegría

Parecía una paella de variopinto gusto: Santiago Segura admirando a Sarah Ferguson, que reapareció allí después de muchos años. Era tan nueva como Pepe Navarro o el creador de «Torrente», que el 23 de noviembre estrena «La reina de España», compartiendo pantalla con Penélope Cruz. No sólo eso como contraste: también Valeria Mazza –alta pero tontorrona– frente a frente con Karolina Kurkova, siempre encantadora. O Antonio Banderas imponiendo el sello benéfico a la capital costasoleña con Sandra García-Sanjuan. Son los creadores y los que mantienen el Starlite, que no sólo recauda fondos para causas relacionadas con el cáncer y con la ayuda a niños necesitados. También levantan y hacen más agosto del verano marbellero antaño feudo de Gil y Gil. Su alcalde actual pasó desapercibido ante la pléyade de famosos fiel al vestir como allí es cánon: mucha rutilante lentejuela encubriendo cuerpos no excesivamente bronceados, salvo el de la espléndida Begoña Trapote que sobresalió en fucsia. Chocaba con el vestido negro de la ex duquesa de York o Arancha de Benito junto a su ensortijado novio antaño socio de Toño Sanchís.

- Menú de 500 euros

Cita postinera con Sandra Ibarra unida a Sonia Ferrer y Banderas reivindicativo y entregado. Lo dejó claro: «Marbella une lujo y ocio con solidaridad». La tuvieron los que pagaron el menú a 500 euros. Un público súper vip y variopinto: desde Ponce, con Paloma en blanco y plata de Rosa Clará, al encanto creciente de Eugenia Martínez de Irujo con su hermano Fernando, más delgado, o el «chic» repleto de «edge» francesa de la princesa Beatriz de Orleans con sus hijos Carlos y Adelaide. «Heredaron los ojos azules paternos, al menos eso», dijo la noble desde su apropiado kaftán azulón. Fue muy admirado, como también el vestido rosado de Rosina Malumbres, ya tan fija de la zona como intermitente anda la histórica Gunilla. Sigue fiel al pelo platino y a su divertido Luis. Ya llevan cincuenta años juntos, son padres de un hijo de 37 y tienen dos nietos. Sonaba a un ayer nostálgico con físico parado en el tiempo. Eterna como su buen humor o la calidad de un Banderas que cavila retirarse dentro de cinco años: «Me gustaría volver al teatro», anticipó a Ana Belén, con la que en sus principios hizo «La hija del aire». Pasado mañana cumple 57 años, que no aparenta, «aunque voy perdiendo pelo», confesó con humor. Cristina Castaño cantó sin la fortuna de Diana Navarro. Comentaban la abundancia de jeques que pagan hasta mil euros por cenar en los mejores restaurantes del Marbella Club o Puerto Banús.

De Santana, que abarrotó, hasta Tom Jones, pasando por el lánguido José Luis Perales, encabezan los recitales diarios en fulgor semi recuperado desde los polémicos años de Gil y Gil. El vestido rojo de Kurkova, que iba con marido puesto, infartó, mientras Ferguson se dejó ver en su cinco estrellas con alto galán. Mireia Lalaguna, errante Miss Mundo, confirmó que en septiembre estrenan el spot que hizo con Cristiano Ronaldo para promocionar el póker. Deslumbró Carlos Latre empequeñeciendo a Michi Primo de Rivera. Sarah habló en casi perfecto castellano «que me sale del corazón». Emocionó entre copas y noche serena de una Marbella destellante con Ana Obregón pesadísima promocionando su «reality», que poco tendrá que ver con su vida, aunque la retrate como el nuevo disco a Diana Navarro: bajo encaje negro y con tripa al aire. Vanesa Romero alegró con su porte, igual que Anne Igartiburu, reapareciendo tras la maternidad. Ainhoa Arteta lució un traje azul que le remarcaba la cintura. Parece otra tras su separación hace dos semanas. Incluso rejuveneció, y cantó «Summertime» como sólo ella puede, tan lírica. Buen remate a esta magnificencia marbellera en pro de los más necesitados.