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Tienes un whatsapp de un dirigente político
Los expertos ya la perfilan como una de las herramientas clave para los próximos comicios, pero algunos tendrán que revisar sus fotos de perfil.
Si usted acabará abandonando los grupos de Whatsapp que creen los políticos como ya lo ha hecho con el de su clase de EGB y la panda de colonias está todavía por ver, pero lo que no debería extrañarle es que a los asesores políticos no se les haya escapado el potencial de esta aplicación que ya está emergiendo como una nueva forma de comunicacion entre los candidatos y sus públicos potenciales. Y es que si Facebook invirtió en la compra de esta herramienta más de 17.000 millones de euros, ¿cómo no van a invertir un poco de tiempo en ella quienes aspiran a conseguir el voto de los ciudadanos? «Puede resultar mucho más efectiva que Facebook o Twitter porque les permite un contacto directo con las personas –explica Jorge Lorente, director de marketing en SPQ Consulting–. Se trata de una app cada vez más importante en la estructura de las campañas y ya se utiliza a menudo en comunicación interna, porque todo el mundo está conectado de manera inmediata».
Para los expertos, una gestión controlada de esta aplicación –fijar un día y un tiempo determinado para que haya una interacción real con el político de turno– multiplica exponencialmente la capacidad de penetración del discurso y su mensaje. Los políticos comienzan a acercarse a los ámbitos en los que el ciudadano se mueve habitualmente: quieren conquistarlos en su terreno. El problema es que este avance va a coger a más de uno por sorpresa, y no sólo porque todavía haya mandatarios que no tienen esta aplicación –el propio Rajoy, por ejemplo–, sino porque los que la tienen quizá no la estén sabiendo gestionar de una manera adecuada. «A pesar de que el hecho de compartir un número de teléfono es una cuestión más privada que un perfil abierto en las redes sociales, tienen que ser conscientes de la repercusión que pueden tener estas herramientas. Aunque hay cuestiones que se relajan –la ortografía, por ejemplo–, no debería caerse en el exceso, ni olvidarse que es una aplicación que se maneja con fines profesionales –la recomendación es que tengan un móvil personal y otro público– y que deben cuidar lo que transmiten igual que en el resto de aspectos de la campaña electoral; si no estarían incurriendo en un error», comenta Julio César Herrero, decano de Comunicación en la Universidad Camilo José Cela y experto en marketing político.
«Nosotros estamos implantando una línea de actuación en la que el Whatsapp del candidato permita tener acceso a una información privilegiada: te adelanten noticias, actuaciones. Que tener ese contacto te dé un valor añadido», explica Lorente, que recomienda tanto huir de las fotos institucionales como evitar una excesiva cotidianeidad. Desde luego, si esta moda se implanta como norma entre la clase política, a más de uno ya le ha cogido por sorpresa.
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